María Cash: El camionero, cada vez más complicado, habría más de 20 pruebas en su contra
Gran conmoción se vive por estas horas a nivel nacional, luego de que 13 años más tarde la investigación sobre la desaparición de María Cash diera un giro inesperado con la detención del camionero Héctor Romero, quien en un principio, allá por 2011, fue tomado en la causa como testigo y la última persona que vio con vida a la joven diseñadora, exactamente en la provincia de Salta.
En aquel entonces el camionero dijo que él la acercó desde la rotonda de Torzalito, General Güemes hasta la Difunta Correa, paraje Palomita aquel 8 de Julio de 2011, sin embargo la investigación permitió conocer más de 20 pruebas que complicarían a Romero y se ordenó su detención en la jornada del martes.
Tras su detención en el B° Pereyra Rozas, en la zona norte de Salta capital, el camionero llegó escoltado por efectivos de Gendarmería Nacional a la sede de la Policía Federal en Salta, en calle Santiago del Estero 952, donde quedó detenido por orden del Juzgado Federal N° 2, a cargo de la jueza Mariela Giménez, sospechado de la desaparición de la joven de 29 años, en aquel entonces. Se espera que a las 11.30 de este miércoles preste declaración.
Algunas de las pruebas que lo complican
La investigación permitió detectar contradicciones en sus declaraciones a lo largo de los años, además pruebas técnicas y nuevos testimonios reforzaron las sospechas en su contra.
Uno de los principales elementos que complica a Romero es el análisis de la ubicación de su celular, realizado por los investigadores. Las coordenadas y los horarios registrados no coinciden con los tiempos de viaje que Romero declaró, especialmente en el tramo entre General Güemes y Joaquín V. González. Estos desajustes generan dudas sobre su relato de los movimientos que realizó el día en que supuestamente llevó a María Cash desde la rotonda de Torzalito hasta el santuario de la Difunta Correa, en la zona de Palomitas.
Además, las pruebas de velocidad realizadas por los investigadores demostraron que las maniobras descritas por Romero, como frenar en la Difunta Correa para que Cash bajara, son técnicamente imposibles en los tiempos que él proporcionó. Su declaración original, en la que aseguró haber dejado a María en ese lugar, también fue desmentida por testimonios como el de Ramón Crespín, dueño de una gomería cercana, quien afirmó que nunca vio a la joven en esa zona.
A estas pruebas debemos sumar las declaraciones de su propio hermano, quien dijo recientemente “Si se mandó una macana que se haga cargo”.
Surgió además en esta nueva etapa de la investigación la figura de falsos testimonios ocurrida en 2011, las que habrían permitido desviar el foco de atención, favoreciendo la coartada de Romero, estas declaraciones le corresponden a Miguel Segura, empleador del camionero, y Gustavo Lemos, encargado de un supermercado en Joaquín V. González, publicó El Tribuno.