Socorro, Quinto Año

Hay etapas que van llegando a su fin, etapas que hay que cerrar para dar inicio a otras. Etapas que sin dudas te marcan como padres, como hijos.

Opinión 16/11/2017

Con la llegada de la finalización de clases; muchos jóvenes dan por terminada la etapa escolar de secundario, para dar inicio a otra etapa de crecimiento y aprendizaje como adultos. Ellos mismos son artífices de su destino.

Quinto año, último año del colegio secundario se vive a pleno, cada hora de clase, se disfruta, se comparte y se hacen muchas macanas o ¿no? La gran mayoría, tiene su esperado viaje de egresados en donde la convivencia los acerca más como personas y muchos dejan de ser compañeros para ser amigos, amigos para toda la vida.

En quinto año, si miras para atrás y recordás todo lo que transitaste desde que ingresaste al sistema educativo cuando tenías entre cuatro y cinco años…, te va a costar creer cuanto ha pasado, cuanto han aprendido, cuan felices han sido dentro las paredes del colegio. ¡Si esas paredes, bancos, sillas y pizarrones hablaran!

Quinto año se comienza a palpitar, ya en la última parte del cursado de cuarto año, se siente, se vive cada día más a medida que se aproxima el inicio del nuevo año. Quinto año es sin dudas diferente. Cada acto, cada misa, la visita a la Catedral, el festejo del estudiante, todo en quinto año es el último festejo y se vive con el corazón y las emociones a flor de piel.

La gran mayoría de docentes coinciden, en que enseñar en quinto año es muchas veces un obstáculo para cumplir con todos los objetivos pedagógicos planteados y esto se debe a la dispersión y agotamiento que tienen los chicos y que se ven reflejados en el aula. Ellos quieren viajar, organizar la cena de egresados y el after. Están en otra.

Se vive y se siente ese clima en las aulas que albergan a los futuros egresados. Desde el primer día de clases ya sus pensamientos están en la recaudación de lo que falta pagar para el viaje; en el buzo y en la remera que los va a identificar todo el año y en como vivirán su cena y fiesta de egresados.

Mientras, a los papás les preocupa un poco más que van a estudiar!; los chicos suelen contestar: -después del viaje te digo que quiero estudiar-, y a los padres no nos queda otra que bajar los niveles de ansiedad y dejarlos disfrutar del momento, de esos meses en donde quinto año es diferente.

Y los docentes, ¡que paciencia deben ejercitar con los chicos!, tienen que dejar en claro que los objetivos hay que cumplirlos y que se puede estudiar y disfrutar del último año del colegio. Resulta fundamental mantener la conducta en el aula y evitar pasar momentos desagradables.

Terminar el secundario es también iniciar una etapa nueva a la que se suma la toma de decisiones; como la continuación del estudio universitario o la inserción laboral, según las condiciones de cada familia y las expectativas del egresado para su futuro.

Reglas y esfuerzos son dos palabras que los chicos tienen que tener muy presentes, si quieren terminar bien y no llevarse materias;  cumplir con los objetivos y esforzarse, eso esta clarísimo, no hay otra forma de finalizar el secundario.

¿Emociones? Seguro y cada chico debe vivirlo según sus propios sentimientos.  Temor al mañana, si la carrera que eligió resulta ser lo esperado y cumple con sus expectativas, alegría por haber finalizado, tristeza por aquellos compañeros que no se volverán a ver por diferentes circunstancias.

Se cierra una etapa súper importante para los chicos y sus familias. Mucho quedará en el recuerdo para atesorar por años. Anécdotas y aventuras serán contadas por años en las reuniones anuales de la promoción.

Un ciclo ha llegado a su fin pero se inicia otro que los convertirá en hombres y mujeres de bien . Ahora si, caminarán a pasos agigantados.

Por Flor Zumaeta

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