Denuncian por abuso sexual a un instructor de "bachata" salteño

El ataque sexual, según fuentes policiales, ocurrió el 16 de junio pasado luego de que la víctima junto a tres amigas, todas integrantes de un grupo de baile de Bachata, participaron de una fiesta en el predio del Club Universitario, donde las jóvenes permanecieron hasta pasada las 5 de la madrugada.

Posteriormente, y a raíz de los contactos que una de las amigas de la víctima, de 23 años, las jóvenes decidieron reunirse en la casa de una de ellas en calle Islas Malvinas, donde siguieron con una fiesta “after”, de la que participaron un grupo de cinco jóvenes, también integrantes de otro grupo de baile de Bachata.

En dicho domicilio, los jóvenes se reunieron y permanecieron por un par de horas, pues la dueña de casa indicó que tenía un compromiso muy temprano, por lo que los bailarines se marcharon, pero no a sus respectivas viviendas sino a un inquilinato de calle Moldes al 700, donde reside una de las amigas de las víctima.

Allí, los jóvenes siguieron con la fiesta “after”, donde hubo música, baile e ingesta de bebidas alcohólicas, pues se describió el domicilio con un lugar en el que habitualmente se realizan este tipo de encuentros post bailes, aunque se desconoce si el inmueble cuenta con los permisos y habilitaciones correspondientes.

El lugar, además de un salón, cuenta con varias habitaciones, una de ellas la lado del baño. Al respecto, la víctima, en su relato sostuvo que allí fue víctima del abuso sexual perpetrado por uno de los jóvenes invitados por su amiga, a quien durante la fiesta rechazó cuando el mismo intentó besarla.

La víctima sostuvo que en un momento dado fue hasta la pieza en cuestión, donde reside el dueño de la propiedad, a fin de localizar a una amiga, quien se hallaba en el interior junto a otro de los jóvenes, por lo que cuando intentó retirarse, apareció el sujeto que había rechazado.

Pese a sus intentos por salir, este joven, quien también es instructor de Bachata, la acorraló y la sometió sexualmente, sin que su amiga y el joven que la acompañaba en la pieza, pudieran percatarse de ello debido a que estaban bajos los efectos del alcohol.

Tras el abuso, la joven, quien reside en la zona sur de la ciudad, logró escapar y se marchó junto a una amiga, con quien salió a la calle y abordó un taxi para darse a la fuga del lugar. Posteriormente, la joven se presentó en el Polo Integral de Mujeres, donde acudió en busca de asesoramiento.

En su denuncia, la joven afirmó contar con pruebas de las lesiones sufridas, como así también cruce de mensajes con el acusado, quien habría intentado disculparse con la víctima para evitar la denuncia en la justicia por el supuesto ataque sexual.