Arroyo: "Que la gente de los planes sociales pase al mundo del trabajo"

En medio de las medidas económicas tomadas desde el Gobierno de la Nación en busca de palear de alguna manera el difícil contexto económico, en las últimas horas se hizo la presentación del Plan Argentina contra el Hambre, el cual buscará garantizar un plato de comida a las familias que más están sufriendo las consecuencias de la crisis. Al respecto de esta medida, el ministro de Desarrollo social consideró que esa ayuda social se debería reconvertir en empleo en obras, producción de alimentos, textil, cuidado y reciclado.

En una entrevista brindada a la revista Noticias, Arroyo planteó esta cuestión indicando que en la gestión de Cambiemos “no había quien estuviera buscando trabajadores y porque hay que orientarlos a donde trabaja la gente más pobre. ¿Qué necesita alguien para trabajar? Tener habilidades duras, como saber de carpintería, y blandas, como ir a trabajar todos los días ocho horas”.

A esto agregó que se buscará “armar una red de tutores, desde el cura, el pastor, la maestra, el técnico del club de barrio hasta el estudiante universitario. Uno puede dividir a los que tienen plan social en tres: los que cuando la economía arranca entran directamente; los que necesitan capacitación y acompañamiento y los complicados por problemas de salud o adicciones”.

Vinculando esta reconversión con el Plan contra el Hambre, el ministro espetó que el objetivo del Gobierno Nacional es “que todos coman, desendeudar a las familias y, lo tercero, que la gente de los planes sociales pase al mundo del trabajo. Ahí identificamos cinco sectores productivos más intensivos en mano de obra: la construcción en términos de infraestructura básica como viviendas y veredas; la producción de alimentos; el textil, donde trabajan mujeres y jóvenes, gran tema de la desocupación; tareas de cuidado, muchas mujeres que cuidan gente grande y chica; y reciclado“.

Por otra parte, el funcionario recalcó que en el país “hay hambre y es comer salteado, es comer matecito y un pedazo de pan a la noche. El 14% de los chicos sufre de inseguridad alimentaria severa. No es la hambruna posterior a la Segunda Guerra Mundial, pero hay hambre y malnutrición”.