“En Guayaquil, la gente se tomó al coronavirus como si fuera nada, seguía en las calles y hacía fiestas: ahora hay cadáveres abandonados en las veredas”

La cobertura periodística de la pandemia del coronavirus ha mostrado dolorosas escenas alrededor del mundo.

Coronavirus 01/04/2020
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La cobertura periodística de la pandemia del coronavirus ha mostrado dolorosas escenas alrededor del mundo. Algunas de las imágenes más dramáticas se han visto en los últimos días en Guayaquil, Ecuador, donde decenas de personas han denunciado que sus familiares fallecidos yacen en sus casas, hospitales y hasta en las calles ante el abandono de las autoridades en medio de la emergencia por el COVID-19.

El periodista peruano Herbert Holguín (@hrbrthlgn) trabaja para los diarios ecuatorianos “Expreso” y “Extra” y vive desde diciembre en Guayaquil, que abarca más del 70% del total de contagiados del virus en el vecino país. Todos los días es testigo de la desesperación de los ciudadanos porque los fallecidos tengan un trato digno. “La gente tiene miedo, nunca habían visto algo como esto”, afirma en diálogo con El Comercio.

Según el diario guayaquileño “El Universo”, el problema de los cadáveres se presentó hace una semana. La tardanza y el temor a contagiarse del nuevo coronavirus u otra enfermedad han causado angustia y, entre el domingo y este martes, los cuerpos de quienes han muerto con síntomas del COVID-19 u otros males empezaron a aparecer en las calles.

Holguín, que cumple la cuarentena junto a su esposa y sus dos hijos, advierte que la situación en Guayaquil se ha desbordado en gran parte porque los ciudadanos incumplieron la cuarentena y señala que la respuesta del gobierno de Lenín Moreno aún es insuficiente.

— Los videos que muestran los cadáveres abandonados en las calles son terribles. ¿Se está volviendo una escena habitual en Guayaquil?
Sí. Las personas envían a los diarios en los que trabajo mensajes denunciando esto, nos mandan fotos y videos diciendo en dónde están los muertos, pidiendo que los recojan. Usualmente es el hijo, la hija o un familiar que dice "mi papá, mi abuelo, está acá, hace dos días murió, nunca le hicieron las pruebas de coronavirus, pero tenía todos los síntomas y ahora lo tenemos tapado en un cuarto. Tenemos miedo. Nadie lo viene a recoger”. Les avisan a los policías pero como es un paciente potencialmente muerto por coronavirus ni se les acercan. Es tal cual.

Acá en Guayaquil están muriendo muchísimas personas, pero no entran al conteo oficial porque no han sido sometidas a las pruebas de coronavirus. Había pocas pruebas a nivel nacional, recién están llegando. Entonces hay gente que muere con todos los síntomas pero no entra a la contabilidad. Todo el sistema de salud ha colapsado. Al lado de Ecuador, Perú es un país nórdico, de primer mundo, en cuanto a la forma en que se acató la cuarentena. La verdad es que acá todo explotó, es un desastre. Acá vamos mal y es doloroso verlo. Llevo cinco meses aquí y estoy muy agradecido con Ecuador.


 


— ¿Cómo está reaccionando la sociedad ecuatoriana?
Muchos ecuatorianos decían que el problema era la gente de bajos recursos, pero la realidad dice que el desacato de las normas se dio en todos los niveles sociales. Yo creo que el gran problema fue ese, que la gente no respetó la cuarentena. Acá ni bien se puso complicado el tema, el gobierno mandó a las personas a que no salgan de sus casas, pero la gente no hacía caso. Ahí surgió el gran problema. Se tomaron medidas, pero la gente no las acató y no se hizo mucho para que las acate.

Tal es así que el presidente, que casi no ha aparecido en esta crisis -los que han dado la cara han sido el vicepresidente y la ministra de gobierno-, lanzó una llamada de atención súper fuerte por audio a nivel nacional en la que repitió mil veces “no salgan de su casa”. “Por salir pueden matar a sus primos, a sus hermanos, a sus hijos, ¿eso quieren?”. A ese nivel.

— ¿Cómo definirías la situación actual de la crisis en Ecuador?
La situación es crítica, de emergencia nacional. Tener a tu gente que se muera en las calles, que se muera en sus casas y que nadie los recoja es grave. Acá en la provincia de Guayas, y su capital Guayaquil, la gente es muy religiosa. Pese a eso, hace cuatro días se murió un cura en su iglesia y todavía no levantan el cadáver. Si un Estado, una sociedad, no tiene la capacidad siquiera de darle una sepultura digna a gente que está muriendo por decenas y no tiene como atenderla estamos ante una situación crítica. Tenemos que agradecer que no caigan bombas o un meteorito porque acá está pasando de todo.

En cuanto a la economía, se tenía proyectado que el PBI crezca este año un 0,5%, lo cual iba a ser un gran logro porque este país tiene una crisis económica profunda desde hace años, pero ahora con el coronavirus la crisis económica va a agudizarse muchísimo más aún.

— Reconociendo la gravedad de la situación en Guayaquil, el gobierno dijo el lunes que dará solución a las demoras para recoger los cadáveres. ¿Cómo calificarías la respuesta del Ejecutivo a esta crisis?
Hasta ahora, pese a los esfuerzos y las buenas intenciones, es una respuesta completamente insuficiente. Siguen llegando los mensajes de personas pidiendo por favor que denunciemos que no han recogido a sus familiares, sobre todo en las zonas populares de Guayaquil.

— ¿Qué podemos hacer los peruanos para no replicar esta situación?
Quedarse en su casa. No salgan para nada. Esa es la clave. Y que el Gobierno no escatime en gastos al comprar test ni en esfuerzos para evitar que los contagios aumenten, pero la clave es la ciudadanía, que todos se queden en su casa y que respeten lo que se está pidiendo. Acá, desgraciadamente, sobre todo en Guayaquil, la gente se lo tomó como si fuera nada, seguía en las calles, hacía fiestas, fue bien irresponsable.

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