Cristina suma poder: su mano en YPF y la Anses

En el mismo día hubo dos cambios clave. De la "usina" de poder de Cristina surgieron la flamante titular de la Anses y el CEO de YPF. Se trata del principal organismo estatal y la empresa más grande del país.

Gobierno 01/05/2020
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Alberto Fernández llegó a ser presidente gracias a la nominación de su compañera de fórmula Cristina Fernández. Ya en el cargo, la construcción de poder de su "mentora" sigue y se concretó hoy con dos nombramientos que vienen desde su usina. En el mismo día hubo dos nombramientos clave en el Ejecutivo y ambos llegan de la mano de la Vicepresidenta, que ahora tiene más poder en la Anses, el principal organismo estatal, y en YPF, la empresa más grande del país. 

Sergio Affronti se convirtió en el nuevo CEO de YPF; es decir en el principal ejecutivo de la petrolera estatal. El currículum del mendocino no tiene cuestionamientos desde lo técnico y es un hombre conocido. Su retorno a YPF ocurre también con el aumento de poder de Cristina en el Gobierno. 

Affronti hizo casi toda su carrera profesional en el exterior, pero en 2012 hay un hito. Volvió al país para ser parte del equipo que Miguel Galuccio armó para la "flamante" YPF estatal. Cristina había decidido reestatizar la petrolera, eligió a Galuccio como presidente y CEO y el entrerriano armó su equipo. En ese equipo Affronti  tuvo roles estratégicos en la elaboración del plan "Vaca Muerta" y las red de proveedores. Con el cambio de Gobierno y la llegada de Mauricio Macri, dejó YPF, al igual que Galuccio. Ahora vuelve.

El cambio de CEO no es novedad, pero sí el nombre. Recién ayer, explican, se mencionaba al mendocino como candidato. El nombre también supone una marca personal a Guillermo Nielsen. El presidente de la compañía fue elegido por Alberto Fernández y no es del agrado de kirchnerismo duro. Es sector petrolero arrastra una crisis que se agudizó con la pandemia. Nielsen había asumido en la petrolera estatal con la intención de lanzar desde allí un nuevo plan de promoción de los hidrocarburos. La tensión con las provincias petroleras por el precio del barril y los beneficios a la inversión no se ha desanudado aún y la mentada "ley Nielsen" no sale. 

La Cámpora al poder
La llegada de María Fernanda Raverta a la Anses fue menos intempestiva que la salida de Alejandro Vanoli. Es que la joven dirigente de Buenos Aires tiene un fuerte arraigo en el cristinismo de esa provincia y el salto a la Anses supone la confirmación del poder de ese sector en el manejo del organismo de mayor presupuesto y arraigo territorial del país. 

De hecho, en todo el país los sectores políticos surgidos en La Cámpora ya tenían en sus manos la gestión. La torpeza sobresalió, pero detrás suyo ya había comenzado a tejerse una estrategia territorial. Su perfil profesional es mucho más acorde al cargo que el de Vanoli y también el apoyo político que tiene: viene de ser ministra de Desarrollo Social de Buenos Aires, la gobernación conducida por Axel Kicillof, el protegido de Cristina. El año pasado fue candidata a intendenta de Mar del Plata y tiene una larga militancia en organismos defensores de los Derechos Humanos. 

La Anses es el organismo de mayor poder y responsabilidad en la actualidad. Además de administrar los recursos de la seguridad social, tiene a cargo la gestión y el financiamiento de todos los planes de emergencia surgidos como paliativos ante la crisis generada por la pandemia. Hasta ahora el Gobierno nacional ha tenido solo problemas. Desde largas colas de adultos mayores para poder cobrar, hasta desocupados que no pueden gestionar ayuda porque las oficinas de la Anses están cerradas; pasando por el laberinto burocrático que deben sortear quienes necesitan cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia. 

Además, la joven cristinista volverá a ser la estratega del Estado en las principales empresas argentinas. Es que la Anses tiene acciones de muchas de esas firmas (desde Techint hasta Telecom) a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (fondos y acciones heredadas por la estatización de las AFJP). En su época como presidenta, Cristina tenía una gestión durísima allí y quien encarnaba la "fuerza de choque" era nada menos que Guillermo Moreno. Alejandro Vanoli tuvo desidia en ese plano: no informó a tiempo sobre las asambleas en Tenaris y Telecom y se demoró la designación de directores por parte de la Anses. Todo, sumado que que se "autonominó" como director en otras empresas, como Edenor. 

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