Bono de $10.000 de Anses: el pedido a gritos de todos los gobernadores

Gobernadores de todos los colores políticos se unen para que el tercer pago del Ingreso Familiar de Emergencia no llegue sólo a las provincias que están en fase 1 de cuarentena. ¿Los escuchará el Gobierno Nacional?

Nacional 05/07/2020
jefe

Hace algunas semanas, la titular de la Anses, Fernanda Raverta, anunciaba que el tercer pago del Ingreso Familiar de Emergencia, el bono de 10.000 pesos que nació como ayuda a los sectores más vulnerables por la pandemia, sólo iba a estar destinado a las provincias y localidades que ingresaban nuevamente en la fase 1 de la cuarentena. 

"En la tercera etapa, el IFE no es un Ingreso Familiar de Emergencia como fue el anterior que fue para todos los que se habían inscripto, sino que va a ir a la zona donde la cuarentena vuelve a una fase 1 (AMBA, Gran Chaco y ciudades de Neuquén y Río Negro), donde la cuestión está más complicada en términos de respetar el aislamiento", había confirmado la funcionaria.

Los dos primeros pagos del bono lo cobraron casi 9 millones de argentinos, pero en la tercera etapa se redujo casi al 50% ese número debido a que se tuvieron en cuenta "algunas variables en función de zonas geográficas, donde estemos cruzando cantidad y población bajo la línea de pobreza, indigencia y después lo vamos a cruzar con las cuestiones más productivas de este lugar, si la cuarentena permitió que la economía se ponga en funcionamiento en ese lugar y el nivel de contagios", explicó Raverta.

Ante este panorama, los gobernadores de todas las provincias no se quedaron de brazos cruzados y salieron a "pelear por los suyos", ya que consideran que la será un golpe más para el consumo, que sigue bajo más allá de la etapa del aislamiento que se transiten. Precisamente, las provincias que serán excluidas del IFE plantearán al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que se busquen alternativas. 


Algunos gobernadores, como el de Córdoba, Juan Schiaretti, espera que el IFE se convierta en un ingreso universal. 

En Jujuy y Formosa, por tomar dos provincias gobernadas por signos diferentes, hubo unos 200 mil beneficiarios. Eso implicó la inyección, vía IFE, de 2.000 millones de pesos por cada pago. Para una economía local desinflada, fue un soplo de recursos.

Ante este panorama, se espera que el pedido de los gobernadores se "a gritos" para recuperar ese ingreso.

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