Viajaron a Misiones para adoptar a tres hermanos y volvieron a casa con cuatro hijos

Nacional 23/08/2020
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Cecilia y Marisela se conocieron hace quince años, y en 2007 empezaron a salir. "Ella tenía 23 años y yo 25. Lo que menos pensábamos en ese momento era en tener hijos. Después de que se sancionó la Ley de Matrimonio Igualitario, decidimos casarnos y ahí empezamos a soñar con ser madres", explica Cecilia.

Según cuentan, primero intentaron con tratamientos de inseminación pero no dieron resultado. "Fueron siete intentos desde 2016 hasta comienzos de 2018 cuando dije basta. De todos modos, siempre habíamos hablado de la posibilidad de adoptar, el problema era que para nosotras era algo completamente desconocido y todos nos decían que era muy difícil", explica Cecilia.

"En agosto de 2018 llenamos la planilla en el Registro de Adoptantes de la provincia de Buenos Aires, hicimos todos los trámites y al poco tiempo nos llamaron del juzgado de la Matanza para hacer los primeros informes. Fueron varias entrevistas y también vino una asistente social a casa", explica la pareja.

 

Marisela y Cecilia el día de su casamiento. Foto: Gentileza de la familia.


Marisela destaca la emoción que sentía cuando iban pasando cada una de las instancias hasta que lograron concretar la adopción. "Desde que empezamos a averiguar, en cada etapa que atravesábamos en el juzgado, yo salía llorando porque era un paso más que me acercaba a mis hijos. Cada papel que firmamos fue una emoción muy grande".

 
El primer desayuno juntos en Misiones.


Cecilia agrega que al no tener información previa, se anotaron en el registro con mucho miedo e incertidumbre. "No conocíamos a nadie en nuestro entorno que hubiera adoptado. Empezamos a buscar información y llegamos hasta el grupo Ser familia por adopción".

Estar en contacto con personas que transitaban por la misma situación que ellas, parejas que se habían inscripto, que estaban en proceso de guarda, adopción o que tenían experiencia con sus propias familias, ayudó mucho a que entendieran los tiempos, los pasos a seguir y también, que adoptar a chicos adolescentes también era posible. "En enero de 2019 teníamos el apto y en marzo vi una convocatoria pública sobre tres hermanitos en estado de adoptabilidad en Misiones. Mandé un mail al registro de la provincia y me contacté con la directora del hogar donde estaban viviendo".

El lugar quedaba a 90 kilómetros de Posadas. La encargada las invitó a que viajaran a conocerlos. "Según nos explicó en su momento, las edades eran 10, 11 y 14 años. En el juzgado nos contaron que eran cuatro hermanos, pero que el más grande, que cumplía 17 ese año, les había dicho que no quería ser adoptado. Desde ese momento, todo fue tan rápido que cuando nos quisimos dar cuenta, a los tres días ya estábamos conociéndonos con nuestros hijos en Misiones".

 
Las dos mamás con los chicos más chicos Eli y Joaquín de 11 y 13. Foto: Gentileza de la familia.


El primer encuentro de la familia

Después de manejar doce horas, llegaron al juzgado donde les dieron la autorización de la vinculación y después fueron directamente al lugar donde estaban los chicos. "Al principio fue un poco raro porque era un hogar evangélico y nosotras, una pareja de dos mujeres con intenciones de adoptar. Pero más allá de esa primera impresión, todo estuvo muy bien".

Ese día conocieron a los dos más chiquitos, porque los más grandes estaban en clase de educación física. "Pese a que no formaba parte de la convocatoria pública, decidimos hacer la vinculación con los cuatro. Alquilamos un departamento y nos quedamos quince días porque era mucha la distancia con Buenos Aires para ir y volver".


"Hace siete años que espero por este momento"

El recuerdo del primer encuentro con sus hijos las emociona."Estábamos en la dirección y Eli y Joa golpean la puerta. La directora les dijo ’ustedes saben que viven acá pero nosotros les buscamos una familia y ellas quieren ser sus mamás’".

 
Los seis juntos.


"Eli no dijo nada y Joaquín que en ese momento tenía doce años, nos sorprendió con la primera frase: ’Hace siete años que espero por este momento’. Fue muy fuerte porque de todas las cosas que habíamos pensado, nunca habían imaginado que íbamos a escuchar esa respuesta", confiesan.

Esa misma tarde conocieron a Gastón, de 14 años, que decidió cambiar su nombre. "Él tiene una discapacidad y no nos habló, solo nos miró. Si bien fue más complicado al principio, con él todo fue conocernos y la vinculación, una cuestión de abrazos".

Cecilia recuerda que Alexis, el mayor de los hermanos, estaba muy serio. "Nos dijo que podíamos intentarlo, pero que él no estaba dentro del proceso de vinculación. Además, nos contó que se había autoexcluído de la convocatoria para que sus hermanos tuvieran más posibilidades de ser adoptados".

 
Los cuatro hermanos juntos. Foto: Gentileza de la familia.


Al día siguiente, cuando fueron a buscarlos para ir a pasear, los hermanos tenían sus mochilas listas porque querían quedarse con ellas en el departamento. Desde el hogar creyeron que era una buena oportunidad para que pasaran tiempo juntos y aceptaron. "Fueron quince días viviendo los seis bajo el mismo techo y nos enamoramos".


"Hoy empieza mi otra vida"

Alexis participa de la nota porque quiere contar su versión de cómo llegaron a formar esta familia. "En el momento en que mis madres me adoptaron tenía 16 años. Para un chico de mi edad es muy difícil ser adoptado. La proporción es de uno en diez".

"Cuando llegaron, yo no estaba en los planes, pero quise vincularme para poder seguir en contacto con mis hermanos. En el medio nos encariñamos y gracias a Dios decidimos irnos todos juntos a casa. Estoy muy feliz, muy contento. Solo me piden que haga mis deberes", cuenta Alexis.

Además, el joven explica que la felicidad tiene que ver con este presente, tan diferente a las situaciones que vivió en el pasado. "Con todo lo que uno carga, es muy difícil encontrar a alguien que verdaderamente te entienda".

 
Amor y unión entre los seis. Foto: Gentileza de la familia.


Fueron dos, volvieron seis

Los chicos las eligieron a ellas y la pareja a sus cuatro hijos. "Nos volvimos los cinco en el auto y Marisela regresó en avión. Yo manejando y Alexis cebándome mate durante las doce horas del viaje. Lo único que queríamos era llegar".

Ya en Buenos Aires conocieron al resto de la familia. "Ellos aman a sus abuelos y a sus primos. Son puro amor. Cuatro personas excepcionales, estamos muy orgullosa de ellos", afirman.

Cecilia reflexiona sobre la manera en la que formaron su familia y aclara: "Por ahí una se pregunta ’por qué no puedo quedar embarazada y la vida tiene otros planes para vos y son los mejores"


"Confiar en que puede pasar"

La familia reconoce que cada uno llegó con sus historias, con sus mochilas y que hicieron un parate en esas sensaciones de dolor del pasado para construir otro futuro. "Los adolescentes son maravillosos, no sé si podría ser mamá de un bebé. Es increíble pero es real", confiesa Ceci.

Por su parte, Alexis quiere dejar un mensaje para los adolescentes que esperan por una familia. "Hay que intentar aprovechar las oportunidades, en esa situación como en la que yo estaba, en la que estás a punto de ser largado a la calle literalmente cuando cumplís 18 años, hay que aprovechar cada situación que se presente y confiar en que puede pasar":

"Las personas que quieran ser padres tienen que entender que los vínculos de adopción se construyen desde otro lugar pero el amor es inmenso. Si les mostrara las cartas que nos escribe el más chico, no puede haber una expresión más pura de cariño. El vínculo que tenemos es espectacular. El amor que sentís, estoy segura que no es diferente al de una mamá biológica. La vida nos premió con esta familia que formamos", finalizan. /TN

 
  
 

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