CureVac: la gran esperanza del mundo no vacunado contra el coronavirus

Coronavirus 06/05/2021
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A principios de 2020, docenas de equipos científicos se apresuraron a fabricar una vacuna contra el COVID-19. Algunos eligieron técnicas probadas, como la fabricación de vacunas a partir de virus muertos.

Pero un puñado de empresas apostó por un método más arriesgado, que nunca había producido una vacuna autorizada: utilizar una molécula genética llamada ARN.

Las dos primeras vacunas que salieron con éxito de los ensayos clínicos, fabricadas por Pfizer-BioNTech y por Moderna, estaban hechas de ARN. Ambas resultaron tener los mejores índices de eficacia que una vacuna puede tener.

En los meses siguientes, esas dos vacunas de ARN han proporcionado protección a decenas de millones de personas en unos 90 países.

Pero muchas partes del mundo, incluidas las que tienen un número creciente de muertes, han tenido poco acceso a ellas, en parte porque requieren ser conservadas en un congelador.

Ahora, una tercera vacuna de ARN puede ayudar a satisfacer esa necesidad mundial. Una pequeña empresa alemana llamada CureVac está a punto de anunciar los resultados de su ensayo clínico de última fase.

Ya la semana que viene, el mundo podría saber si su vacuna es segura y eficaz.

El producto de CureVac pertenece a lo que muchos científicos denominan la segunda oleada de vacunas COVID-19, que podría aliviar colectivamente la demanda mundial. Se espera que Novavax, una empresa con sede en Maryland cuya vacuna utiliza proteínas de coronavirus, solicite la autorización estadounidense en las próximas semanas.

En la India, la empresa farmacéutica Biological E está probando otra vacuna basada en proteínas que fue desarrollada por investigadores de Texas.

En Brasil, México, Tailandia y Vietnam, los investigadores están iniciando los ensayos de una vacuna contra el COVID-19 que puede producirse en masa en huevos de gallina.

Los expertos en vacunas tienen especial curiosidad por ver los resultados de CureVac porque su inyección tiene una importante ventaja sobre las otras vacunas de ARN de Moderna y Pfizer-BioNTech.

Mientras que esas dos vacunas tienen que conservarse en un congelador, la de CureVac se mantiene estable en una heladera, lo que significa que podría hacer llegar más fácilmente el poder recién descubierto de las vacunas de ARN a las zonas más afectadas del mundo.

"Ha pasado bastante desapercibida", dijo Jacob Kirkegaard, investigador del Instituto Peterson de Economía Internacional de Washington, D.C. Pero ahora, añadió, "parece estar muy bien posicionada para llegar al mercado mundial".

Para el cofundador de CureVac, el biólogo Ingmar Hoerr, el ensayo de la vacuna COVID-19 de la empresa es la culminación de un cuarto de siglo de trabajo con el ARN, una molécula que ayuda a convertir el ADN en las proteínas que hacen el trabajo de nuestras células.

Como estudiante de posgrado en la Universidad de Tubinga en la década de 1990, Hoerr inyectó ARN en ratones y descubrió que los animales podían fabricar la proteína codificada por las moléculas.

Se sorprendió al descubrir que el sistema inmunitario de los ratones producía anticuerpos contra las nuevas proteínas. Hoerr pensó que podría ser la base de un nuevo tipo de vacuna.

"Pensé: ’Vaya, si esto funciona así en los humanos, entonces tenemos una posibilidad farmacéutica completamente nueva’", dijo.

En aquel momento, sólo unos pocos científicos del mundo consideraban que una vacuna de ARN era una posibilidad seria.

Pero sus defensores pensaban que podría cambiar la medicina.

En teoría, se podría crear una molécula de ARN para inmunizar a la gente contra cualquier virus.

Incluso se podría crear una vacuna de ARN para curar el cáncer, si se pudiera hacer una molécula de ARN que codificara una proteína tumoral.
 


Las vacunas de Moderna y Pfizer-BioNTech son difíciles de distribuir en el mundo en desarrollo debido al equipo y el suministro de energía necesarios para congelar estas vacunas.

La vacuna de ARN de CureVac puede permanecer estable durante al menos tres meses a 5 grados  y puede permanecer 24 horas a temperatura ambiente antes de ser utilizada.

"La estabilidad es una ventaja real", dijo Jackson. El CEPI está "en conversaciones muy activas" con CureVac, dijo, sobre la distribución de la vacuna de la empresa a través de Covax, una iniciativa para distribuir vacunas a países de ingresos bajos y medios.

Pero CureVac también está diseñando una nueva generación de vacunas con el objetivo de llegar a los mercados de Estados Unidos y otros países ricos.

Dado que su potente ARN sólo requiere una pequeña dosis, la empresa podría crear vacunas para diferentes variantes y mezclarlas en una sola inyección.

Pero estas posibilidades no tienen sentido hasta que CureVac pueda demostrar que su vacuna funciona.

Mary Warrell, investigadora de vacunas de la Universidad de Oxford, es reacia a especular sobre el destino de la vacuna antes de ese hito.

"La predicción durante esta pandemia rara vez ha sido rentable", advirtió. /Clarin

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