Presas muertas en una celda: afirman que “antes les pegaron y las verduguearon”

Nacional 08/09/2021
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“Mañana va a estar la guardia de ‘Magui’. No sé lo que va a pasar”, le advirtió Macarena Maylén Salinas (22) a su familia desde el teléfono de la Brigada Femenina de Concepción, en Tucumán. Fue el miércoles a la noche. Al día siguiente, a eso de las 17.30, Maylén, junto a Yanet Yaqueline Saquilan (23), Rocío Micaela Mendoza (22) y María José Saravia (25), sus tres compañeras de celda, murieron en un incendio.

La versión policial sostuvo que el fuego se originó por un cortocircuito de un foco que habría roto Maylén. Pero su familia la desmiente y denuncia distintas cuestiones que sucedieron a lo largo de su detención (había ingresado en febrero pasado). En especial, por la mala relación entre las fallecidas y “Magui”, que es Margarita Rodríguez, una de las policías a cargo de la Brigada, ahora separada de sus funciones.

“Ella les vendía ropa a las chicas”, afirma Raúl, uno de los hermanos de Maylén. “Mi hermana le debía 2.500 pesos. Dos semanas antes del incendio, ella misma nos llamó para amenazarnos: ‘Si no pagan la deuda de Maylén, la voy a perjudicar en un eventual traslado’", añade.

"Nosotros le pagamos el domingo 29. Ese día le entregamos un equipo de música para Maylén y Margarita lo rompió. Cuando le contamos a la jefa de guardia, nos dijo que ella lo iba a pagar, siempre y cuando no denunciemos nada”, sostiene.

Raúl cuenta que los problemas comenzaron el 18 de julio pasado. Al parecer, “Magui” les prestaba su teléfono celular a las presas, que contaban con el efectivo que les dejaban sus familiares para que las policías les compraran comida.

Esa noche, Maylén subió una foto a su perfil de Facebook: se mostraba junto a sus compañeras tomando latas de cerveza. En la celda. Cuando Raúl vio la foto, dice que le preguntó: “¿Hermana, qué hacés tomando si estás presa?”. Por ese, asegura que “desde esa noche, Margarita se ensañó con ella”.

Salinas tenía una hija de 4 años y había sido detenida en febrero. Se presentó en un hospital, la demoraron y le saltó un pedido de captura de 2020, por "robo agravado". Su marido fue el que cometió el asalto, pero ella estaba en la moto en la que llegaron. La condenaron a 6 años y 8 meses.

Durante su estadía en prisión, su pareja fue asesinada. Y una tarde la llevaron en patrullero hasta la puerta de la Unidad 4 de Banda del Río Salí. La excusa para no recibirla fue la falta de plazas y los casos de Covid-19 positivos. Entonces regresó a la Brigada.

Otra prueba que tiene la familia Salinas es una carta que les entregó Maylén. Allí, la mujer afirmó que la guardia en cuestión habría dado la orden para que Saravia fuera cambiada de celda. Y habría recibido órdenes y reproches por parte de las mujeres policías: el pedido fue pegarle a la interna Mendoza apenas reingresara a su celda y la recriminación implicaba a Salinas: “¿Por qué te dejás mandar por ella?”.

Salinas, en la carta, le aseguró a su familia que no iba a permitir que Saravia golpeara a Mendoza. Otra acusación es sobre la estadía de una quinta detenida, única sobreviviente de la tragedia, quien estaba presa por tráfico de drogas, según pudo saber Clarín.

“Es la única que vive en otra celda y sale a comer al comedor, con el resto de las policías. Durante el día puede acceder al patio. A nosotras nos dejan encerradas todo el día”, contó Maylén.

“En la morgue vimos el cuerpo de mi hermana y notamos que tenía marcas de golpes en sus piernas. Creemos que antes de morir, les pegaron y las verduguearon. No nos cierra la versión del cortocircuito. Creemos que las dejaron morir, y dudamos de si no las prendieron fuego. Estamos buscando apoyo de colectivos de mujeres, pero no vemos convocatoria como cuando hay un femicidio”, se lamenta Raúl.

Marta era cuñada de otra de las fallecidas, Yanet Yaqueline Saquilan. “Las dejaron morir. No hay otra explicación. Si fuese cierto lo del foco, ¿cuánto tiempo les podía llevar abrir la celda? Las policías estaban a tres o cuatro metros de la celda. No es que se trató de un penal con 300 presas y se incendió un pabellón del fondo. No. Solo tenían que cuidar a cinco presas. Yo escuché a un médico forense contar que las cuatro chicas se abrazaron antes de morir, del miedo que tenían”.

Al igual que la familia de Salinas, dice haber visto marcas de golpes en el cuerpo de una interna. Pero de otra, Mendoza. “Yanet nos contó que a ella le pegaron cachetazos una vez. Las cuatro chicas tenían problemas con la misma guardia”, asegura Marta. Se refiere a la de “Magui” y otras policías identificadas como Sandra y Susana, que serían las que estuvieron el día del incendio.

Yanet había sido detenida en agosto de 2020. Horas después fue enviada a su casa, con arresto domiciliario. Pero en junio, tras una audiencia, el fiscal de su causa decidió su traslado a la Brigada.

La acusan de “maltrato infantil” de una nena de 3 años que estaba al cuidado de la hermana de Yanet. “Era inocente. La madre de la nena estaba dispuesta a declarar y aclarar la situación. Y estábamos a la espera de un pedido de arresto domiciliario. El 12 de septiembre se cumplía la prórroga de tres meses que le habían dado para cumplir en la Brigada. No podemos creer lo que pasó”. Yanet se dedicaba a la cosecha de limón y arándanos. Tenía un hijo de 5 años.

José Luís era el padre de María José Saravia. Él también tiene cartas de su hija: "Ahí nos contaba que algunas mañanas las policías las despertaban a baldazos de agua, que a veces pasaban varios días sin comer y que la guardia la amenazaba: si no le pegaba a Mendoza (una de las internas), le iban a pegar a ella. María José le pedía plata a su abuela y decía que era para pagar una deuda que tenía con la policía Rodríguez", señala.

Saravia había sido detenida en abril pasado. Hurtó dos tinturas de pelo de un supermercado de San Miguel de Tucumán. En un juicio abreviado fue condenada a 3 años y 6 meses de pena. Sus hijos tienen 18 meses y 6 años.

"El domingo anterior nos había pedido que fuéramos al Tribunal a pedir su traslado", comenta José. "No quería estar más en ese lugar. Cuando nos llegamos a la Brigada, los vecinos nos contaron que se acercaron con baldes de agua y no los dejaron pasar. Querían ayudar. Nadie se cree la versión del foco. Nunca pensé que en una comisaría le podría pasar algo así a mi hija".

Rocío Micaela Mendoza cumplía una pena de 5 años por el robo de un celular. Llevaba 7 meses en la Brigada. Su mamá se llama Virginia y recuerda que Rocío comenzó a robar por su adicción a la cocaína.

"Dormían las cuatro en una celda de tres por tres. Apoyaban los colchones en el piso", comenta.

De acuerdo a la versión oficial, siete oficiales resultaron heridos y fueron trasladados al hospital. Virginia afirma que no es cierto: "Yo los vi. Ninguno tenía marcas; no estaban heridos. A mí siempre me atendían mal en la Brigada. En especial la guardia de 'Magui', Sandra y Susana".

Virginia tampoco cree en la versión del cortocircuito. Habla de la quema de un colchón por parte de una de las detenidas. Dice no entender cómo los policías no alcanzaron a abrirles la reja. "Estaban a pocos metros de la celda. ¿Cómo no escucharon los gritos? Los vecinos fueron a buscar a los Bomberos y no ellos. Las dejaron morir".

Las cuatro familias se están organizando para realizar una protesta en la puerta de la fiscalía. Hasta el momento aseguran no haber recibido noticias sobre la causa. Apenas les dijeron que los primeros resultados de las pericias y autopsias estarán para este miércoles o el jueves.
Fuente: Clarín

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