Un gendarme investigaba a otro, le "sopló" data y lo terminaron condenando

Justicia 14/02/2022 InformateSalta InformateSalta
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Un cabo de Gendarmería que trabajaba en Salta fue condenado el jueves por el delito de violación de secreto, como resultado del proceso judicial en su contra que presidió el Tribunal Oral Federal N° 2.

El condenado es el cabo primero Aníbal Alegre, con 15 años de servicio, sentenciado por haber revelado información que puso sobre aviso a otro gendarme, jefe de un escuadrón de la zona de frontera, quien estaba sospechado de participar del contrabando.

Alegre cumplía funciones en la Unidad de Investigaciones de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales de Salta, la cual llevaba adelante diversas tareas de inteligencia criminal, entre ellas el análisis de información extraída de intervenciones telefónicas, cuyos datos eran de alta sensibilidad para el éxito del caso.

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Durante el juicio se presentaron los chats de WhatsApp que Alegre envió a su compañero sospechado, cuyo teléfono estaba siendo intervenido. Así se demostró claramente cómo el acusado pidió primeramente una retribución monetaria por la información secreta, como también que reveló que había una investigación en curso sobre los camiones de granos, la cual estaba a cargo de la unidad de Delitos Económicos y, por último, develó que había escuchas telefónicas en las que el comisionista sospechado los había delatado.

Los jefes inmediatos de Alegre, entre ellos el comandante Rafael Sanabria, responsable de la UNIPROJUD, remarcó el carácter secreto de esos datos, a la vez que aclaró que la subordinación se debe hacia los jefes y la unidad en la que se desempeña y no solamente por el cargo.

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Mientras que el fiscal general Eduardo José Villalba, de la Unidad Fiscal Salta, aseguró que con su accionar, Alegre “se burló de las premisas que promulga no sólo esa institución, sino también la justicia misma”. Y puso de relieve que lo hizo con un fin retributivo, pues en el primer mensaje el acusado le dice al investigado: “Che tigre, tirame una moneda…”.

En vista de estas pruebas, y a pedido del fiscal, el tribunal encontró al acusado culpable del delito imputado, decisión que basó en los argumentos expuestos por la fiscalía. La fiscalía señaló que Alegre no tenía ninguna urgencia económica u otra necesidad, como podría suceder con un “bagayero”, y destacó el rol del acusado, quien trabajaba en una unidad especial de investigación.

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