Reconoció haber abusado sexualmente a la hija de su pareja y los vecinos casi lo linchan

Justicia 25/08/2022 InformateSalta InformateSalta
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En un proceso de juicio abreviado, la jueza Mónica Faber, de la Sala V del Tribunal de Juicio, condenó a un empleado metalúrgico de 43 años a una pena de ocho años y seis meses de prisión por los abusos sexuales reiterados y cometidos en perjuicio de la hija de 14 años de su expareja.

En la audiencia, el fiscal penal Pablo Rivero presentó el acuerdo alcanzado con la defensa, circunstancias en que el acusado confesó los abusos. “Sí, reconozco los hechos. Sucedieron de esa manera, confieso los tres hechos, que fue anal y vaginal, estoy de acuerdo con la pena solicitada”, dijo ante la jueza.

Posteriormente, y sin el imputado en la sala, la madre de la víctima habló ante la jueza sobre el acuerdo propuesto por la fiscalía. “Jamás tuve ningún problema, tampoco con su familia. Me dejaron tranquila todo este tiempo, creo que la pena es justa. Sinceramente no he tenido vida en todo este tiempo, el daño ya está hecho”, expresó, entre llantos.

Luego, y en función de que el acuerdo cumplía todos los requisitos legales, la jueza homologó la propuesta fiscal, por lo que condenó al acusado y ordenó su traslado desde la Alcaidía Judicial al penal de Villas Las Rosas, para que cumpla allí la pena establecida.

En su confesión, el abusador reconoció el contenido de la denuncia radicada por su expareja el 12 de julio del año pasado, oportunidad en la que manifestó haberse enterado de los abusos a partir de los dichos de su hermana, a quien su hija le había relatado lo sucedido una semana antes con el acusado, con quien mantenía una relación sentimental.

Lo querían linchar

En su relato, la madre reveló que el fin de semana pasado, en ocasiones que el acusado quedó solo con la menor, aprovechó y la sometió sexualmente. “Me metió su coso por abajo y me hizo doler”, sostuvo la denunciante, quien agregó que su hija se resistió e incluso pidió auxilio, pero en la casa no había nadie más.

Enterada de la violación, la madre regresó a casa y se encontró con su pareja, circunstancias en que le recriminó lo sucedido. Al verse descubierto, el acusado quedó impávido, sin decir nada ante los airados reproches de su pareja, quien, ante el silencio abrumador del empleado, llamó al 911 para que se lo lleven detenido.

Ese llamado fue providencial, pues los vecinos, que tomaron conocimiento de lo sucedido por los gritos de reproches de la madre, comenzaron a reunirse en la vereda de la vivienda e intentaron linchar al sujeto, indignados por los abusos cometidos en perjuicio de la adolescente.

Por fortuna, para el acusado, un móvil policía llegó a la vivienda y procedió al arresto del acusado, lo que sucedió en medio de insultó y gritos de reclamos de los vecinos, quien se solidarizaron con la familia de la menor afectada.

 

 

 

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