Cuáles son los riesgos de usar aparatos de calefacción eléctrica

Sociedad27/08/2025
estufa caloventor (3)

En los días de invierno, los aparatos de calefacción eléctrica se han vuelto una de las opciones más utilizadas para combatir el frío en hogares, oficinas y espacios reducidos. Su popularidad se debe a que son prácticos, se encuentran siempre disponibles en el mercado y son muy fáciles de usar. Esto hace que cada vez más personas se inclinen por dispositivos como la estufa eléctrica o el caloventor frente a otros sistemas de calefacción tradicionales como el gas o la leña. Sin embargo, aunque estos equipos brindan comodidad y bienestar, también pueden presentar algunos riesgos que muchas veces se pasan por alto. Así, por desconocimiento o por mal uso se puede poner en peligro la salud, la seguridad y hasta la economía del usuario.

Teniendo en cuenta esto, a lo largo de este artículo, analizaremos cuáles son los principales riesgos de utilizar calefactores eléctricos, las formas de prevenirlos y qué alternativas existen para reducir el impacto negativo.

Principales tipos de riesgo

Riesgo de incendio

El riesgo de incendio representa el peligro más grave y evidente al usar un calefactor eléctrico. Esto se debe a que cuando están en funcionamiento, estos aparatos generan calor intenso y, en ocasiones, su superficie externa puede alcanzar temperaturas muy altas. Así, si se colocan cerca de materiales inflamables como muebles, cortinas, papeles o mantas, pueden llegar a provocar un foco de fuego.

Este peligro aumenta especialmente con los modelos muy antiguos o de baja calidad ya que carecen de sistemas de seguridad que apaguen de forma automática el dispositivo en caso de sobrecalentamiento o vuelco. 

Sobrecarga eléctrica y cortocircuitos

Otro riesgo a considerar es la sobrecarga eléctrica. Esto es especialmente importante debido a que los calefactores suelen consumir mucha energía, lo que puede sobreexigir la instalación eléctrica de la vivienda. De esta manera, si se conectan varios dispositivos de alto consumo en la misma toma o se utilizan alargadores de baja calidad, el cableado puede calentarse demasiado y provocar un cortocircuito.

Quemaduras y accidentes domésticos

El contacto de forma directa con la superficie caliente de un calefactor eléctrico puede generar quemaduras leves, sobre todo en niños y mascotas. Esto es más común en modelos de estufas halógenas o de cuarzo, radiadores de aceite, y calefactores de resistencia ya que tienden a calentarse mucho en la parte externa.

Por ello, especialmente en hogares en que hay bebés o animales, debe evitarse colocar el aparato en lugares de paso, ya que un simple roce podría generar lesiones.

Riesgos para la salud respiratoria

El calor que generan los calefactores eléctricos suele resecar el aire, lo que puede provocar sequedad en las vías respiratorias, garganta seca, irritación ocular, y algún problema en la piel.

Estos síntomas pueden agravarse en aquellas personas con enfermedades respiratorias crónicas como asma o bronquitis. De la misma manera, favorece la proliferación de polvo en el ambiente, lo que puede aumentar las molestias en personas alérgicas.

Asimismo, también es importante considerar que el uso excesivo de calefacción eléctrica en espacios cerrados reduce de manera considerable la humedad ambiental, creando un clima poco saludable en interiores.

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Elevado consumo energético y gasto económico

El uso extendido de calefactores eléctricos implica un alto consumo energético, lo que se evidencia en facturas de luz elevadas. Este aspecto económico también se encuentra relacionado con el impacto ambiental debido a que el consumo excesivo de energía eléctrica incrementa la huella de carbono, sobre todo en países donde la electricidad proviene de fuentes no renovables.

Dependencia de la instalación eléctrica

A diferencia de los sistemas de calefacción que funcionan a gas o leña, los calefactores eléctricos dependen en su totalidad de la energía eléctrica. Esto trae como consecuencia que, en caso de un corte de luz, los usuarios se queden sin calefacción. Esto provoca que en climas fríos y durante algunas emergencias, puede representar un riesgo para la salud, sobre todo en personas mayores o niños pequeños.

Riesgo de mal uso por desconocimiento

Muchos usuarios no leen el manual de instrucciones al adquirirlos y utilizan estos aparatos de forma incorrecta. Algunos errores comunes son:

●     Cubrir el dispositivo con ropa o toallas para “secar” prendas, lo que puede generar un incendio.

●     Dejarlos encendidos durante mucho tiempo sin supervisión, lo que aumenta el riesgo de sobrecalentamiento.

●     Ubicarlos en baños o lugares húmedos donde existe riesgo de electrocución o cortocircuitos. 

●     Usar extensiones no certificadas, que no soportan la potencia del dispositivo.

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Cómo reducir los riesgos

Aunque los calefactores eléctricos pueden presentar diversos riesgos, la buena noticia es que muchos de estos  pueden prevenirse si se siguen las siguientes medidas de seguridad básicas:

  • Adquirir equipos certificados que cumplan con normas de seguridad.
  • No dejar el aparato encendido sin supervisión, sobre todo por la noche.
  • Mantenerlo lejos de materiales inflamables y de zonas húmedas.
  • No cubrir el calefactor eléctrico con ropa o telas.
  • Conectarlo de forma directa a un enchufe, evitando el uso de alargadores.
  • Revisar de forma periódica la instalación eléctrica del hogar.
  • Utilizar humidificadores para contrarrestar la sequedad del aire.

Alternativas más seguras y eficientes
 
Para aquellos usuarios que quieren reducir riesgos y ahorrar energía, existen otras alternativas de calefacción que resultan muy seguras y eficientes. Algunas de ellas son:

●     Bombas de calor: debido a que consumen menos energía y ofrecen calefacción y refrigeración.

●     Estufas a gas con salida al exterior: ya que reducen riesgos de intoxicación y resultan más económicas en algunos lugares.

●     Paneles infrarrojos:  propagan calor de forma más uniforme y con menor riesgo de incendios.

Aunque los aparatos de calefacción eléctrica resulten prácticos, accesibles y fáciles de usar, no están exentos de riesgos.

Claro está que el problema no radica únicamente en el aparato en sí, sino en el uso que se les da. Por ello, es tan importante la prevención, el mantenimiento adecuado y la elección de dispositivos de calidad que cuenten con sistemas de seguridad para minimizar riesgos.

En resumen, los calefactores eléctricos son grandes aliados en invierno, siempre que se utilice con precaución, responsabilidad y siguiendo el manual de instrucciones. Así, entender los posibles riesgos que presenta, es el primer paso para proteger la salud y el hogar.

 

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