Ponen en duda al plantel docente de la nueva carrera de locución

De 600 inscriptos quedaron 35, desconociéndose oficialmente si los evaluadores eran locutores profesionales. Quejas.

Sociedad 11/04/2016

Una carta da cuenta de algunas situaciones en la nueva carrera de locución que se dicta en el Instituto Superior Abuelas de Plaza de Mayo, que dirige Marcelo Segura y depende del Ministerio de Educación:

La carta:

Desazón en cientos de jóvenes a los que se les prometió una nueva carrera y se los dejo varados a esta altura del año sin poder ya elegir otra opción de estudio. Año perdido.

Año perdido que tiene culpables. Primero quienes prometieron el oro y el moro de nueva carrera, distinta de la mediocridad de la Universidad Católica en la formación de los profesionales del micrófono, prometieron cursos, dos comisiones, los mejores profesionales de Salta como profesores y lo importante, la gratuidad, que  hacía que el sueño de muchos sea más realizable.

Cuando todo parecía realidad con cursos de apoyo en comisiones pobladas de alumnos, apareció la discordia, un grupo de profesionales del medio, entre recibidos de la universidad privada y recién habilitados locutores locales, levantaron una bandera equivocada, inmiscuirse en los destinos educativos de una institución, en la que no tienen absolutamente nada que ver, ni  hacer, pero no, se filtraron igual, lograron burlar la buena fe de un Ministro de Educación en sendas reuniones publicadas como triunfos y con la carta del engaño torcieron el destino de la institución que nacía libre y popular.

 Sin tener aval de los profesionales del micrófonos de Salta a quienes se consultó si eran socios o si era una organización que respondía orgánicamente en forma democrática a los designios de una entidad gremial de años en la Argentina, respondieron que NO los preguntados, la mayoría no es ni socio de la SAL.

Así las cosas acudieron al modelo que se quería evitar, miraron hacia los claustros de la Universidad Católica para convencer en el ministerio e increíblemente hacer que los que son profesores de la Universidad Católica donde se paga para ser Locutor Nacional sean los que elijan los profesores de la nueva carrera.

¿Qué paso?  Eligieron a sus amigos, a sus ex alumnos, así resultaron seleccionados Soledad Olarte, Daniela Postigo y Nora Morales. Lo que obviamente resultó un tiro por la culata para muchos de los integrantes de la pseudo organización gremial inexistente legalmente en Salta.

A la mesa evaluadora sentaron a Gustavo Iovino, Alvaro Pino y Hugo Delgado, junto al coordinador del ISER que llego de Bs As a dar certificado de calidad a la fantochada.

A ello se suma el maltrato que recibieron algunos postulantes a las horas cátedras de la nueva carrera.

Esa gente eligió esos profesores y se encargó de dejar cientos de alumnos con el año perdido.

En esto tiene responsabilidad el Ministerio que sacó resoluciones contrarias al protocolo de las instituciones educativas para designar mesa evaluadora o para convocar a cubrir vacantes, lleno de equivocaciones que podrían ser objeto de anulación, se dejó timar por el grupo de profesionales celosos no por la carrera de locución sino por la competencia que se les venía como una avalancha.

Pero el grupo recibió un guiño de la oscuridad, la amenaza al grupo del profesor Pino, lleno de ínfulas y autodenominado creador de la carrera y asesor del ministro, cuando los amenazó de impugnación, cuando el grupete festejaba como cual quemacoches lo hecho con alumnos y con una carrera. Un relajo ganó al grupo comandado por el vendedor de publicidades de apellido Reyes.

En fin, un organización que debería estar preocupada por los trabajadores, por paritarias, por obra social, se dedicó a otra cosa, a meterse en un lugar no debido. Marcelo Segura el sí fundador de la carrera quedo atrincherado del malón celoso, conforme solo con agarrar parte del timón de un barco que fue asaltado por piratas.

Solo queda desearle éxitos a los alumnos de la escueta comisión que quedo, librados exclusivamente a su talento, lamentablemente no podrán esperar nada mas.

Firma: Luis Usandivaras

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