Alejandro Dolina, mantenerse en vigencia sin caer en lo rutinario

Entrevista exclusiva al conductor del programa radiofónico “La venganza será terrible”. El programa y su clan de secuaces del micrófono desembarcan en el Teatro Provincial este viernes, oportunidad en la que Patricio Bartón, Gillespi, “El trío sin nombre” y el Negro, harán de las suyas ante sus seguidores salteños.

Cultura 12/11/2018 Noelia Pandolfi Noelia Pandolfi
DOLINA

Pareciera un martes cualquiera del mes de noviembre. El reloj está por marcar las 17.30, y en contraste con los otros días de la semana, mi tarde tendrá un condimento diferencial: debo levantar mi teléfono, vencer los titubeos y comunicarme con Alejandro Dolina, quien está pronto a desembarcar, junto a su clan de secuaces del micrófono, en el Teatro Provincial con su ciclo característico La Venganza Será Terrible. 

No importa cuántos ensayos improvise, ni cuánto revea las preguntas que le haré al Negro, siempre los nervios me llevan por caminos de vergonzosas improvisaciones. Tachones azules y negros cubren la mayor parte de mi hoja: ¿Debo preguntarle por las elecciones del 2019? ¿Pedirle su opinión sobre el nuevo presidente de Brasil, o acaso sobre la final de la Copa Libertadores? Que la crisis, que el gira, que Gillespi de nuevo en el programa y así mis ojos vuelven al reloj que no tuvo clemencia ni consideración y ya marca las 17.33. 

Mis dedos comienzan a marcar +…54…9…11. Perdida la noción de los números que presiono desde mi automatismo, recuerdo aquellas noches en las que rastreaba en el dial aquella voz que pronto me atendería el teléfono. El momento en el que encontré sus libros en la biblioteca de mi padre, vino a mi mente. Las horas de lectura y fascinación, sumadas a las horas con la radio en la mesita de luz, también. Estos flashes se interrumpieron cuando al segundo tono, atiende el Negro. 

Evitar el titubeo fue imposible y comencé a reconocer que nuevamente mis nervios me llevaban por senderos de atolondradas y vergonzosas improvisaciones. Con su libro por los 30 años de La Venganza Será Terrible, al lado, comienzo y mi pregunta desemboca en un lugar obvio: ¿Cuénteme Dolina, cómo se hace para mantener sin cansancio y sin caer en lo rutinario un programa radial durante tantos años? 

“En rigor de verdad”, comienza con su respuesta Alejandro y decidimos dejarle la palabra a quien sabe: “no es el mismo programa el que estamos haciendo, cambian muchos de sus integrantes, muchos no muchos porque si bien se mira no hemos sido tantos los que hemos participado históricamente de La Venganza. Sí nos hemos ido modificando, el programa también, no se parece mucho al de los comienzos. Ese cambio no cataclísmico, sino natural y sereno es el que nos hace creer que recorremos caminos diferentes, no estamos cada noche por el mismo camino. El camino va variando. Ni siquiera los intereses del programa son exactamente los mismos. De manera que tenemos la misma sensación que uno tiene cuando estudia, son los mismos horarios pero los profesores son distintos, las asignaturas son distintas y la dificultad es creciente”. 

Insatisfecha con mi pregunta, le consulté si no pensó en retirarse o hacer una pausa con este ciclo que, recordemos, desde hace unos años sale recorrer el país. La respuesta no tardó en llegar: “No veo que haya que descansar de algo que a uno le hace bien. Yo no dejaría de hacer el programa para hacer algo que me guste más”, confirma Dolina. 

Reflexiones radiofónicas de ayer y hoy 

La historia de la radiofonía en Argentina tiene largos años sorteando virtudes y dificultades. Naturalmente el panorama dentro del dial actualmente se diferencia sustancialmente de lo que ocurría décadas atrás. En este caso, Alejandro Dolina lleva más de 30 años eligiendo hacer radio, atreviéndose a afirmar “La radio me salvó la vida”. Sin embargo, además de hacer radio, ¿escucha radio? 

“No tanto, pero si escucho algo. Algunas cosas mejoraron mucho y otras no, la tecnología es muy superior, las áreas de cobertura... Pero en Buenos Aires la radio no se escucha bien, se escuchaba mejor radio El Mundo cuando yo empecé. Esto tiene que ver con la radio como medio y las dificultades que soporta, dificultades que no son tecnológicas, son económicas, de distinto desarrollo de las formas de comunicar y del distinto desarrollo de hacer estas actividades redituables” explica Dolina, a lo que añade: “Muchas formas de rédito ya no existen más. Por poner un ejemplo: el disco. No tiene mucho que ver con la radio pero ya no es una forma de rédito para los artistas. La publicidad también ha bajado significativamente, no solo por la situación económica sino porque quizás no hay el mismo concepto que existía en la radio de hace 40, 50 años, cuando se suponía que un buen anunciante bastaba para financiar un programa caro, con artistas de primera, con una gran orquesta. Eso no se puede financiar ahora de ninguna manera. Antes quizás una sola firma compraba el programa y lo bancaba, eso no existe más. No existe más, insisto, porque la situación económica es difícil, segundo porque la idea del valor de publicidad que tenemos ahora es distinta. Nadie está tan seguro, como estábamos antes, de que un programa con alto rating garantice que compre Heladeras Philips”. 

Estas dificultades que expresa Dolina no se traducen a la hora de llenar teatros. Del Galileo Galilei en Madrid, al Caras y Caretas, del Tortoni a las diversas salas del interior del país: “La gira afortunadamente para nosotros viene bien, con valores parecidos al del año pasado, en algunos casos, un poco inferior pero en otros no. Sí veo que otros compañeros han tenido serias dificultades”, reconoce el escritor y conductor. 

Recordemos que el ciclo que el Negro lleva adelante desde 1993 (sin considerar formatos anteriores, como lo fueron “Demasiado tarde para lágrimas” o “ El ombligo del mundo ”) tiene por costumbre abandonar el estudio desde donde transmiten el programa en Buenos Aires para realizar emisiones en diferentes lugares del país . Es así como el Teatro Provincial se convertirá nuevamente en el recinto donde desembarcarán el “Negro” y su tripulación compuesta por Patricio Barton, Marcelo Gillespi y “El trío sin nombre” (integrado por Manuel Moreira, Martín Dolina y Ale Dolina), este viernes 16 de noviembre. 

Obras inconclusas en el tintero propio y ajeno 

Ésta es la tercera vez que InformateSalta entrevista a Alejandro Dolina. La primera fue en el año 2016, repitiéndose anualmente de manera consecutiva. Por aquel entonces, el Negro ya manifestaba su intención de trabajar en un libro que poco a poco fue hallando su cauce. Sin querer insistir en el tema, le consulté por las exigencias que significan las fechas de entrega a la hora de escribir, y su relación con la libertad de escribir sin plazos. Ante esto, Dolina concede: “En este momento no se me exige y la cosa funciona muy mal realmente. Hace años que debería haber entregado un libro y cada tantos meses lo empiezo a escribir de nuevo. Ahora tengo poco tiempo… siempre hay pretextos. En cambio cuando hay alguien que te exige las entregas uno echa a andar otros mecanismos que no siempre son negativos”, expresa y añade “No es negativo obligarse a uno pasar 5 horas escribiendo, creo que está bien obligarse uno y estar en un estado de concentración y ansiedad que por ahí es bueno para la escritura. La relajación permite el ‘mañana lo voy a escribir mejor’ y al día siguiente uno se olvida, o no tiene la misma concentración que antes, la misma tonicidad del pensamiento. Así que creo que está bien que a uno lo exijan y exigirse uno mismo es aún mejor. ¿Para qué? Para pasar horas pensando, que es lo que se necesita para escribir con algún decoro”. 

Para los ansiosos que siguen la obra literaria de Dolina, deberán esperar: “No falta mucho pero falta una tercera parte, debe computarse también que la idea del libro ya está. No estoy en esos momentos en los que uno no sabe ni siquiera qué clase de libro va a escribir. Eso es desconsolador: cuando uno se sienta a escribir y no sabe ni la entonación de sus palabras”.

  

Al ser consultado por sus tareas y gustos pendientes, Alejandro aduce que muchas pertenecen a tinteros ajenos: “Que nadie se haya interesado en mi obra es una comprobación un poco amarga pero nada más, no es algo que yo tenga pendiente ni me voy a levantar de esta silla para lograrlo. El cine y los libros se pueden tocar pero no siempre con felicidad, no sé si estoy seriamente en un proyecto así. No pasó y no creo que pase y los otros proyectos que tengo en el tintero son siempre de los demás, no tengo ideas especiales que están esperando por algo. Lo poco que puedo hacer lo hago y no lo tengo postergado”, concluye Dolina.

Finalmente, atendiendo su afición por el fútbol, decido no dilatar más nuestra conversación y le pregunto por la final de la Copa Libertadores en la que se enfrentan históricamente River y Boca, el equipo del que Alejandro es hincha. "¿Qué pronóstico tiene?", pregunto. "Pronóstico ninguno porque no soy adivino. Deseo, sí. Deseo que gane Boca", finaliza. 

La llamada se corta y la periodista vuelve a su quehacer diario, ahora contando los días que faltan para el reencuentro con él y todo el equipo de LVST en aquel Teatro Provincial donde los vi en un acalorado verano del 2010 y donde tuve el agrado de estar cada vez que allí se presentó. 

Para agendar: “La Venganza será terrible”, el programa radiofónico conducido por Alejandro Dolina y su clan de secuaces del micrófono, desembarca en el escenario del Teatro Provincial. El viernes 16 de noviembre a las 21.30 hs., Patricio Bartón, Gillespi, “El trío sin nombre” y el Negro, harán de las suyas. Las entradas pueden adquirirse en boletería del Teatro: Platea $450, Palco $400, Pullman $350 y Super pullman $300, y en www.saltaticket.gob.ar

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