Viven en Argentina pero cruzan todos los días a Brasil para trabajar: “Acá estamos en blanco y se gana bien”

Medios 05/10/2023
informe
La realidad económica y la falta de oferta laboral los llevó a buscar otra opción.

Por Daniel Malnatti, TN

Volví mal de Misiones. Fui a hacer una nota acerca de una “ciudad fantasma” pero me choqué con una cruda visión acerca del futuro de nuestro país y nada de lo que vi es bueno.

Vi cientos chicos y chicas que cruzan la frontera para trabajar en Brasil. Tienen entre 18 y 25 y posiblemente toda su vida transcurrió en tiempos de crisis. Ellos no creen que este país pueda darles una base para construir sus vidas. Y nadie los puede culpar.

Todos los días la ciudad de San Antonio queda semi vacía. Alrededor del 30 por ciento de la población cruza un pequeño río para trabajar en San Antonio de Sudoeste, la versión brasileña del mismo lugar. Allí trabajan en comercios, granjas y fábricas.

En San Antonio del Sudoeste, casi al lado de la frontera, hay un montón de fábricas a las que se accede por una gran avenida. La gente del lugar me cuenta con cierto orgullo que los accesos y el boulevard es una de las últimas obras que hizo el “prefeito”, es decir, el intendente.

Entré caminando a una fábrica textil, nadie me paró y cuando pedí permiso para hacerle entrevistas a los empleados argentinos aceptaron inmediatamente. Acá en la Argentina eso es impensado: todos tienen algo que esconder.

Los chicos me contaron que a los tres días ya están legalmente registrados y a partir de ahí cobran todos sus beneficios. Algunos no podían creer que allá se pagan las horas extras. ¡Y en el día!, remataban. Del lado argentino eso no pasa.

Maxi es profesor de historia, pero al no conseguir horas decidió cruzar a Brasil y trabajar en una empresa textil.

Cuando le pregunté a uno de los chicos porque allá estaban todos en blanco, mientras en la Argentina eso es una rareza me contestó con una palabra: “fiscalización”. Me contó que todos los meses pasa un inspector. Una política obvia que en Argentina suena utópica. Un argentino del lado de la frontera brasileño cobra en reales el equivalente a 300 mil pesos que si le suma horas extras se puede estirar a 500 mil. Acá no ganan ni la mitad.

Es por eso que esos chicos solo se manejan en reales y piensan en portugués. Todos tramitaron la documentación básica para trabajar, pero no son pocos los que apuntan a la nacionalización. Si hay alguien que te dice que se quiere quedar en la Argentina es por la familia o porque tienen alguna propiedad de este lado de la frontera. Pero la mayoría planea su futuro en Brasil. Sienten que acá no hay futuro para ellos. Y sin ellos Argentina tampoco lo tiene.

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