Macri ya fulminó a Larreta y a Bullrich y liquidó JxC: sólo le falta hundir a Milei para hacer Presidente a Massa

Elecciones 23/10/2023
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Crisis en JxC: el doble juego de Mauricio Macri que puede colaborar con el quiebre de la coalición opositora de cara al balotaje

Anoche, una vez consumada la derrota, entre la dirigencia de la todavía coalición opositora se preguntaban cuánto tardaría Mauricio Macri en respaldar públicamente a Javier Milei de cara a la segunda vuelta del próximo 19 de noviembre entre el candidato de La Libertad Avanza y el ministro Sergio Massa.

“Cuando eso pase, automáticamente se rompe Juntos por el Cambio”, especulaban estas semanas, en la previa de la elección, entre los dirigentes que siempre desconfiaron de las maniobras de Macri en torno a la interna partidaria entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, y en relación a las vacilaciones del ex presidente respecto de la figura de Milei, a pesar del contundente apoyo público de las últimas semanas a su ex ministra de Seguridad. “Nosotros no lo vamos a hacer. Si lo hace, va a ser él solo”, decían anoche bien cerca de Bullrich, entrada la madrugada.

Las heridas nunca terminaron de sanar puertas adentro.

Macri jamás pudo digerir que el jefe de Gobierno intentara disputarle el liderazgo del PRO, aunque Rodríguez Larreta evitó, por su estilo de conducción política, tomar ese lugar: el enfrentamiento con el líder del PRO siempre fue un tema tabú para él.

En las elecciones legislativas del 2021, tras el triunfo de Diego Santilli en provincia de Buenos Aires, y con Macri relegado a un costado del escenario de Costa Salguero, el alcalde porteño no se animó a avanzar definitivamente sobre la jefatura partidaria. Rodríguez Larreta volvió a rebelarse este año, cuando decidió, de manera inconsulta, desdoblar la elección local de la nacional, y definir al sistema de voto electrónico para la categoría municipal.

Para Macri, esa decisión del jefe de Gobierno fue el límite. Creyó que con esa iniciativa ponía en riesgo el único bastión que el PRO no puede darse el lujo de rifar, el distrito en el que fundó hace mucho más de una década una estructura con la que rompió el bipartidismo clásico entre la UCR y el PJ, en el que ideó una extraordinaria maquinaria polirrubro y que le sirvió de plataforma para llegar a la Casa Rosada: la ciudad de Buenos Aires, para colmo, en manos de la candidatura de su primo Jorge, el ex intendente de Vicente López.

El ex presidente entonces se juró revancha, y desplegó toda su capacidad operativa en las primarias en favor de Bullrich y en contra de Rodríguez Larreta, y azuzó esa interna que se salió de los carriles normales y alcanzó inesperados niveles de tensión, a tal punto que llevó a JxC a una muy magra performance en las PASO, la antesala de la debacle electoral de este domingo. Los casi 24 puntos de la ex ministra de este domingo dejaron a la coalición opositora en las puertas de una profunda reconfiguración, es decir, de la extinción de ese espacio tal cual se lo conoció hasta ahora.

Hay dirigentes de la oposición que aseguran que Macri apostó por eso, y que en su disputa con el sector “moderado” del PRO aglutinado detrás de la fallida candidatura de Rodríguez Larreta, y en la puja con el radicalismo que proponía una alianza más de centro -representado en Gerardo Morales, Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti-, coqueteó de más con La Libertad Avanza, un doble juego que fastidió a la propia ex ministra de Seguridad. De todos modos, al ex presidente, la derrota de su ex funcionaria también lo tomó por sorpresa: en su entorno juran que el fin de semana apostó plata entre sus amigos a que ella ingresaría al balotaje.

Macri y Milei no tienen un vínculo aceitado. El economista libertario suele decir que, al igual que su hermana Karina, se encandiló con el fundador del PRO desde su época de presidente de Boca Juniors, y que recién se conocieron hace algunos años, por intermediación de Benegas Lynch. Suficiente para que el ex jefe de Estado explorara subterráneamente alguna suerte de acuerdo a futuro que podría llegar a materializarse en la Ciudad si es que, como pareciera, Jorge Macri triunfa finalmente en las elecciones porteñas en segunda vuelta. El candidato de LLA tendió puentes este domingo con ese sector: pidió “trabajar juntos para terminar con el kirchnerismo” en noviembre.

Incluso se llegó a especular con que el ex presidente había intercedido para cortar algunos canales de financiamiento a Bullrich, un trascendido que fue desmentido en su momento de forma tajante por colaboradores macristas. Por el contrario, el propio Macri se ocupó de filtrar que, previo a las PASO, había ayudado a su ex funcionaria en la recolección de fondos. Desde esas usinas aclararon, además, que el ex mandatario había aceptado en principio que en provincia de Buenos Aires tanto la ex ministra como el jefe de Gobierno se postularan con un solo candidato a gobernador -Santilli, en ese caso- para dividir el voto opositor, y que fue Rodríguez Larreta el que se negó a avanzar con ese experimento.

Para cuando Macri -según su entorno, había estado a disposición desde varias semanas antes- definió su apoyo público a Bullrich de manera más contundente -pidió su voto en las redes, salió a repartir boletas en diferentes distritos y participó del cierre de campaña del jueves en Lomas de Zamora-, la sangre ya había llegado al río. El fundador del PRO, de hecho, fue mucho más diplomático en sus críticas a Milei de lo que fueron el resto de los principales dirigentes del PRO y de JxC.

Según trascendió, hubo un durísimo encuentro en casa del ex presidente semanas después de las PASO entre él y Bullrich. Recién después de eso, confiaron, se aplacó algo más la interna. Pero en el medio volaban versiones sobre un supuesto scouting de asesores del economista de LLA en cuadros vinculados con el ex mandatario.

La suerte ya estaba echada.

En el peronismo se presumía que desde este domingo por la noche el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria inauguraría, como anticipó en la campaña, un llamado multipartidario para la convocatoria a un “gobierno de unidad nacional” en caso de ganar la segunda vuelta. Lo mencionó en su discurso en el complejo C de Chacarita, donde además hizo referencia a los “radicales”. Habló de “acuerdos partidocráticos”.

Se especuló, incluso, con que ese plan podría incluir a Rodríguez Larreta, aunque anoche, bien cerca del jefe de Gobierno, aseguraban que el ex candidato presidencial no tenía previsto por ahora dar ninguna señal, más allá del excelente vínculo con el ex intendente de Tigre -el propio Massa reconoció semanas atrás que horas después de las PASO llamó al jefe de Gobierno para darle su apoyo tras la derrota con Bullrich-.

Es que el alcalde fue anunciado hace dos fines de semana por Bullrich como su eventual jefe de Gabinete si es que tenía suerte en las elecciones, un lugar más que incómodo para Rodríguez Larreta que, sin embargo, no tenía mucho más margen de acción que aceptar esa invitación.

Por estas horas sí circuló que el ministro de Economía pensaba, por ejemplo, en Emilio Monzó como un futuro funcionario en caso de llegar a la Casa Rosada. Es solo un caso.

Rodríguez Larreta había querido primerear con esa convocatoria abierta -se refirió durante la campaña como la coalición extrapartidaria del “70%”- con la incorporación de Juan Schiaretti hasta que se topó con la resistencia de los halcones en general, y de Macri en particular. En el larretismo reconocerían semanas después que el intento fallido se anunció mal y de manera extemporánea. Y que la tensión interna ya era tan grande que no había manera de cosechar un éxito.

Ahora fue el ministro-candidato de del oficialismo el que aprovechó su sorpresivo triunfo de anoche para realizar esa convocatoria. Del logro que obtenga dependerá, en buena medida, el futuro de Juntos por el Cambio.

Massa y Macri se detestan. Si en algún momento hubo una buena sintonía, y el ministro colaboró por ejemplo en la Provincia con la gobernabilidad de María Eugenia Vidal durante el gobierno de Cambiemos, de esos tiempos ya no queda nada. El ex presidente se había imaginado un balotaje entre Milei y Bullrich, con Massa derrotado, y el sector de JxC que apostaba por lo bajo más por el funcionario que por la ex ministra también disminuido. El sorpresivo triunfo de UP le dio otro vuelco al destino.

Dicen puertas adentro que, después de las PASO, los estrategas de Rodríguez Larreta le acercaron al equipo de Bullrich dos consejos principales. El primero fue “no larretizarse”: la ex ministra, según sus propios colaboradores, no pudo tomarlo al pie de la letra. El segundo fue más concreto: “No hay que pelearse con Macri”. /Por Federico Mayol - Infobae

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