Se puso al descubierto el engaño del romerismo respecto al voto eletrónico

Terminó en el Tribunal Electoral la auditoría del código fuente de la boleta electrónica con la que se votará el 17 de mayo. El trabajo fue de los técnicos de la UNSa con la presencia de los fiscales.

Justicia 04/05/2015

Ni el frente Romero más Olmedo, ni el Partido Conservador Popular quisieron participar del trabajo en ninguna de las dos jornadas de auditoría.

El primer día se desmenuzó el código fuente del software electoral comprobándose que no tiene precargados resultados, como sugirieron desde el Frente Romero más Olmedo. Incluso Romero calificó el sistema como una máquina tragamonedas en un intento por descalificar la tecnología que evidentemente no alcanza a comprender, ni quiere hacerlo.

Otra de las pruebas realizadas el primer día tuvo como finalidad responder a lo que viene sosteniendo en los medios el romerista Javier Smaldone, un militante del software libre que hizo una prueba en la que supuestamente habría cargado o modificado el resultado de una boleta electoral.

La primera falacia de Smaldone y replicada por Romero, tiene como eje la boleta usada. Ni Smaldone ni Romero dijeron que usaron una boleta de capacitación. La boleta de capacitación posee un chip, pero en la boleta electrónica que se usa en el comicio, el chip es “quemado” una vez grabado.

La segunda falacia tiene que ver con el alcance. Quedó claro en la audiencia de auditoría que un teléfono sólo puede acceder a los datos de una boleta si es colocado encima de ella y la aplicación (muy difundida desde el romerismo por estos días, tanto es así que se dispararon sus descargas desde Google Play) permite la lectura sólo de los códigos por lo que para un extraño al proceso será inentendible.

La prueba que se hizo en presencia de fiscales informáticos y auditores, se hizo con un celular smarthphone en el que previamente se había descargado la aplicación que usara Smaldone y los alfiles romeristas.

Con esta aplicación instalada, se hicieron pruebas y el celular no encontraba el chip en la distancia (un dedo de altura). Sólo pudo encontrar el chip y leerlo colocado en una mesa y el celular encima de la boleta electrónica. La segunda prueba realizada en presencia del veedor de Poder Ciudadano, fue intentar sobreescribir el resultado en una boleta de voto electrónico luego de haber grabado allí la decisión simulando un día de elección. En esta prueba el celular no podía realizar acción alguna. Y marcaba en pantalla acción inválida.

Es decir que la boleta una vez realizada la votación en la terminal, no puede ser adulterada y en consecuencia la decisión ciudadana no puede ser modificada.

Esto es así porque el chip al pasar por la terminal de voto electrónico que graba allí la decisión del ciudadano, es “quemado” o sea que la información es protegida para evitar justamente lo que denunciaba Smaldone y que le sirvió para escribir una columna de opinión en Perfil y obtener un espacio con Jorge Lanata, en un intento de nacionalizar la operación de descrédito comandada por el “romerismo”.

Pero claro, ninguno de los dos fiscales informáticos del romerismo estaban allí. Ni el costoso representante de la consultora KPGM (Suiza) ni el menos costoso ex Frente Grande y hoy Partido Conservador Popular, Diego Saravia.

La idea del “romerismo” es clara. Haber participado de la audiencia de auditoría del código fuente, les hubiera impedido usar el discurso que pregona Romero y que sostiene que el código no les fue brindado. Más aún, pese a haber invocado las cláusulas del contrato entre el romerismo y KPGM, las mismas nunca fueron dadas a conocer, por lo que resulta un misterio el acuerdo existente entre ambos y cuál era su finalidad (evidentemente no era trabajar en la auditoría que ordenó el Tribunal Electoral).

Tal vez la verdadera misión de KPGM se conozca el mismo día de las elecciones. Ese día conoceremos qué acordaron en ese contrato Romero y los suizos.

Fuente: Nuevo Diario de Salta

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