Sociedad07/10/2016

Ayer y hoy: un viaje en el tiempo hacia la más bella Salta

El predio ubicado a la par de la Catedral, donde se encuentra el Banco Macro, supo ser la casa del prócer Don Pedro José Saravia. Fue sede del Campeonato de Basquetbol del ‘64, del Festival Latinoamericano de Folklore, y una playa de estacionamiento. Detalles.

Con la colaboración del profesor, historiador y escritor Miguel Ángel Cáseres, desde InformateSalta, te invitamos a viajar en el tiempo hacia la más bella Salta, con imágenes que se remontan hasta 100 años atrás, que son aportadas generosamente por los usuarios del grupo “Nuestra Salta de Ayer”.

En este primer capítulo, elegimos contar la historia del predio ubicado a la par de la Catedral Basílica de Salta, donde actualmente se encuentra emplazado el edificio del Banco Macro, sito en calle España, entre Mitre y Zuviría.

La foto seleccionada cuidadosamente muestra una playa de estacionamiento en el lugar indicado, que data aproximadamente de los últimos años de la década del ’60. Sin embargo, es necesario remontarse un poco más en el tiempo, para entender el real valor del terreno, que en sus orígenes supo ser la casa del prócer Don Pedro José Saravia, quien junto con su hijo Apolinario, formó parte del Ejército, a las órdenes de Belgrano, y también de Güemes, además de ser gobernador de Salta.

Tras la demolición de la casa, ya en el año ‘64 se utilizó como sede del Campeonato de Basquetbol, y un año posterior, en el ’65 como centro de la primera edición del Festival Latinoamericano de Folclore, que repitió al año siguiente, para luego trasladarse a la cancha de Gimnasia y Tiro.

Años posteriores, se convirtió en la ya mencionada playa de estacionamiento (FOTO) hasta que se construyó la sede del Banco Provincial, que luego fue adquirido, ya durante la primera gestión como gobernador de Juan Carlos Romero, por el Banco Macro, que actualmente continúa en el lugar .

La postal nos muestra cómo se fue transformando el actual edificio de Banco Macro, que si bien dista del tradicional estilo arquitectónico del casco histórico, no desentona en cuanto a su belleza. La historia, sin embargo, nos exige recordar, homenajear y reflexionar.