Fin de una relación: ¿Querés cortar y no te animás?
Solemos quedarnos en relaciones de pareja poco satisfactorias por miedo a la soledad, por no desafiar ciertos mandatos sociales o porque, sencillamente no nos animamos al cambio. Aprendé a identificar cuando llegó el fin.
Cierto es que toda pareja atraviesa crisis de mayor o menor magnitud en algún momento de su historia. Si estás en ese punto de cruce, lo importante es que identifiques si quieres seguir apostando a ese vínculo o si estás convencida/a de que el amor ya es cosa del pasado.
Estas preguntas pueden ayudarte:
- ¿Sientes que no hay más nada por hacer?
Construir la relación no llevo un día, así que no pretendas tomar la decisión de decir adiós sin reflexionar el tiempo que necesites. Las actitudes arrebatadas no suelen llevar a buen puerto. Siempre se puede intentar “reflotar” una pareja pero cuando la misma se encuentra “ahogada”, no tiene demasiado sentido. Confía en tu criterio; con seguridad sabrás reconocer si este es tu caso.
- ¿Crees que “fracasaste”?
Sólo fracasa quien no lo intenta. Que un vínculo llegue a su punto final en modo alguno significa que haya algo mal contigo. A veces las cosas funcionan de la manera planeada y muchas otras, no. Así es la vida.
- ¿Tienes miedo al cambio?
Todos sentimos temor cuando no sabemos lo que sigue: lo imprevisto suele desestabilizarnos. Aunque creamos tener todo bajo control, siempre pueden ocurrir hechos que nos modifiquen radicalmente. Anímate a cambiar si sientes que una relación ya no te nutre, no te hace crecer o si no la estás pasando bien en el marco de la misma.
- ¿Te preocupa tu status?
Muchas personas no se separan para mantener una determinada posición social o económica que les garantiza seguridad o status. Si estás en esa situación, revisa si no es demasiado alto el costo emocional que estás pagando – y haciendo pagar a tu compañero - para mantener tu ficción sentimental.
- ¿Te paraliza la culpa?
La culpa es un sentimiento inconducente. No sólo no repara nuestros errores sino que no nos permite evolucionar. Soltar la culpa es una manera de librarnos de las ataduras internas que no nos dejan vivir a pleno. En una separación o divorcio todos salen lastimados. Perdona y perdónate por lo que crees que ambos han hecho mal y harás que el adiós duela menos.
- ¿El apego no te deja avanzar?
El apego es la contracara del buen amor. Estar en pareja significa elegirse a diario desde la libertad, no desde la necesidad de que alguien venga a completarnos. Si crees que sin ese otro no podrás seguir, recuerda que todos podemos salir delante de cualquier situación. Si crees que tú no, quizás puedas pedir ayuda profesional.
- ¿Estás en una relación tóxica?
Quedarnos en relaciones que no nos hacen bien es elegir - aunque sea de manera inconsciente – estar en el rol de víctimas. Mereces lo mejor para tu vida; eres el o la protagonista de la misma. ¿Por qué permanecer en donde no quieres estar?
- ¿Te frenan tus hijos?
Aunque tú y tu pareja no discutan, los niños tienen una sensibilidad tal que perciben que ya no existe la armonía y lo sufren. Aunque al principio les cueste entender que papá y mamá no estarán más juntos, con el tiempo lo aceptarán y será mejor para todos.
- ¿Crees que estás fuera de edad para recomenzar?
La edad es una cuestión de actitud ante la vida. Si crees que porque tienes más de 40 o 50 años, por ejemplo, no podrás volver a tener una relación sentimental, te equivocas. Son cada vez más las personas que se dan una nueva chance en el amor. Portales de citas como Match.com son un buen lugar para buscar personas afines y darse una nueva oportunidad. Recuerda, el amor de tu vida puede estar a un clic de distancia.
Por Valeria Schapira - Experta en relaciones