Municipal31/12/2017

Se entregaron 100 motocargas y la mayoría de los carreros se reconvirtió

Desde agosto ya no se ven carros tirados por caballo en las calles de la ciudad. Se cumple con una ordenanza de 2011.

Algunos de los excarreros ya adaptaron la motocarga para vender sus productos. - Foto: Andrés Mansilla- El Tribuno

El Tribuno/ Cada vez es más frecuente ver por las calles de la ciudad las famosas motocargas con las que los excarreros venden frutas y verduras, tierra para plantas o trasladan chatarras. Es que desde el 4 de agosto pasado se erradicó la tracción a sangre en la capital salteña. A esta altura la mayoría de los trabajadores ya se reconvirtió.

De esta manera se comenzó a cumplir una ordenanza que estaba vigente, pero que hasta ahora no se le había encontrado la vuelta para ponerla en vigencia, y todas las iniciativas quedaban en la nada.

Pasando a los números fríos, el censo que realizó en mayo pasado el municipio dio los siguientes resultados: se registraron 380 carreros, se controlaron 229 caballos y se detectaron 210 carros. Sobre este último guarismo trabajó el municipio, ya que consideró que había un carro por cada familia.

Es así que se trabajó con la reconversión de estas 210 familias. En la actualidad, el municipio ya entregó 100 motocargas, hay un total de 21 personas integradas al trabajo dentro del municipio o bien para empresas que prestan servicio a la comuna, y el resto optó por los cursos de capacitación (con aval de la Nación) que se dan en la Escuela de Artes y Oficios. Luego esta gente recibe las herramientas que necesitarán para empezar a trabajar. Solo faltan algunos detalles para que todos estén totalmente reconvertidos.

"Este es un logro, un acierto, y lo bueno es que se cumple una ordenanza que estaba vigente de 2011", señaló Luis María García Salado, secretario de Gobierno del municipio. En el fondo se sabe que fue una jugada muy fuerte del intendente Gustavo Sáenz, ya que éste fue un duro año electoral, y si no lograba erradicar la tracción a sangre hubiera significado un terrible revés para su gestión.

A la distancia, el funcionario rememora los primeros momentos, cuando salieron a los barrios en busca de los carreros para convencerlos de que esta vez venía en serio el fin de la tracción a sangre.

"Fue un trabajo social e integral el que se hizo. Tuvimos que ver cómo se componía cada familia carrera, porque el objetivo era que estas personas dejaran de actuar en el ámbito laboral en que estaban para pasar a la formalidad", aseguró.

Una vez que las familias aceptaron entrar en la reconversión, comenzaron los reclamos, porque el municipio les comenzó a pagar un subsidios de 6500 pesos por mes, que se abonaba adelantado por semana. Además se entregaban bolsones. Las personas se quejaban de que este valor era muy bajo, pero desde la comuna insistieron que era el monto que habían declarado los carreros en el censo.

Aún queda un pequeño grupo que está con el proceso a media, y los otros carreros exigen que se les den las mismas posibilidades que ellos tuvieron.

Los que recibieron las motocargas tienen una moto de casi 250 centímetros cúbicos, con una capacidad de carga de 950 kilos. La mayoría de ellos se dedica a la venta de frutas y verduras, después viene el grupo de los que venden tierra y macetas y por últimos están los chatarreros.