Internacionales01/04/2018

En su bendición de Pascua, Francisco urgió una salida a la crisis en Venezuela

El Papa pronunció su mensaje de Pascua y bendición "urbi et orbi", a la ciudad y al mundo; como siempre habló al medidodía romano desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

La Nación/ Una "vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que oprime" a Venezuela, paz para el mundo entero y especialmente para Siria, la Tierra Santa, Yemen y Medio Oriente. Todo esto pidió hoy el papa Francisco, en su bendición de Pascua , en su mensaje y bendición "urbi et orbi", a la ciudad y al mundo, que pronunció desde el balcón central de la Basílica de San Pedro después de celebrar la solemne misa de la Resurrección del Señor.

"Suplicamos frutos de consolación para el pueblo venezolano, el cual -como han escrito sus Pastores- vive en una especie de «tierra extranjera» en su propio país. Para que, por la fuerza de la resurrección del Señor Jesús, encuentre la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime, y no falten la acogida y asistencia a cuantos entre sus hijos están obligados a abandonar su patria", exhortó.

Francisco citó así el mensaje de la Conferencia Episcopal Venezolana, que denunció que "en los últimos tiempos, Venezuela se ha convertido en una especie de "tierra extraña" para todos". "Con inmensas riquezas y potencialidades, la nación se ha venido a menos, debido a la pretensión de implantar un sistema totalitario, injusto, ineficiente, manipulador, donde el juego de mantenerse en el poder a costa del sufrimiento del pueblo, es la consigna. Junto a esto, además de ir eliminando las capacidades de producción de bienes y servicios, ha aumentado la pobreza, la indefensión y la desesperanza de los ciudadanos", acusaron los obispos. Francisco intentó mediar en el conflicto venezolano, sin éxito.

El Papa, como siempre, habló al mediodía romano (las 7 de la Argentina) desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, después de celebrar la Misa de la Resurrección en una Plaza de San Pedro colmada de fieles de todo el mundo.

En una jornada finalmente con algo de sol, después de fuertes lluvias, también saludó a la multitud, que lo aclamó al grito de "¡Viva el Papa!", cuando recorrió en papamóvil la Plaza e incluso la Via della Conciliazione. Para la ocasión, el sagrato se encontraba decorado con bellísimas flores donadas por Holanda, que el Papa agradeció públicamente, pidiendo un aplauso.