Internacionales07/04/2018

Máxima tensión: Lula desafía a la Justicia y se resiste a ser detenido

Miles de manifestantes seguían anoche concentrados en respaldo a Lula frente a la sede del Sindicato de Metalúrgicos, en São Bernardo do Campo. El expresidente se atrincheró en la sede sindical y no se entregó en el horario que le había fijado el juez Moro.

Afuera del sindicato de Matelúrgicos, miles de simpatizantes coreaban "¡Lula, guerrero del pueblo brasileño!". - Foto: La Nación

La Nación/ Brasil quedó anoche en un tenso punto muerto. En abierto desafío a la Justicia, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva no se entregó ayer por su propia voluntad en el plazo que le había dado el juez Sergio Moro para empezar a cumplir su condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción en Curitiba, y, blindado por una multitud de militantes, se quedó atrincherado en el sindicato de metalúrgicos de São Bernardo do Campo. La Policía Federal continuaba negociando las condiciones de una eventual detención con los interlocutores del candidato favorito para las elecciones de octubre.

La inédita situación generó desconcierto en la población de por sí ya muy polarizada. Tras varias horas de incertidumbre, repletas de versiones de información cruzada, al caer la noche, la Policía Federal anunció que no ejecutaría la orden de prisión de Lula y aclaró que mantenía las conversaciones con voceros del máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT) sobre cuándo y cómo se realizará la eventual detención, que podría demorarse hasta el lunes. La idea, se resaltó, es que ocurra de manera ordenada y pacífica para no generar riesgos ni al ex mandatario ni a sus seguidores y opositores.

Para unos, fue una victoria simbólica festejada ruidosamente en las calles con los puños en alto; para otros, representó un vergonzoso retroceso de la Justicia luego de los avances de los últimos años que consiguió la operación Lava Jato al poner tras las rejas a poderosos políticos y empresarios.

"No hay por parte de Lula ningún incumplimiento de la orden de prisión del juez Moro. El magistrado le había dado la opción de presentarse ante la Policía Federal y él no la ejerció. Está aquí, en el sindicato de metalúrgicos, un lugar público. Todo el mundo sabe dónde está. Y aquí permanecerá junto a la militancia", explicó la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.

En todo momento Hoffman enfatizó el relato oficial del partido: Lula es víctima de una persecución política para evitar que gane los próximos comicios y vuelva al poder.

Afuera del sindicato, miles de simpatizantes coreaban "¡Lula, guerrero del pueblo brasileño!". Los militantes ondeaban banderas rojas, un estandarte con la imagen del Che Guevara, carteles en los que se leía "No a la prisión de Lula", "Elección sin Lula es fraude" y diversas consignas contra el juez Moro.

En julio del año pasado, en el marco del Lava Jato, Moro halló a Lula culpable de recibir de la constructora OAS un departamento tríplex en el balneario de Guarujá como soborno en especie por haber favorecido a la empresa con jugosos contratos con la estatal Petrobras durante su gobierno (2003-2010). El ex presidente apeló la sentencia pero en enero de este año una corte de apelaciones en Porto Alegre no solo ratificó por unanimidad el fallo sino que amplió la pena original de nueve años y medio de prisión a 12 años y un mes.

Ya cuando Lula quede preso, su defensa podrá recurrir a nuevos habeas corpus por considerar su detención ilegal y un abuso de poder, a la vez que abriría el camino para apelar la condena en segunda instancia ante el STJ (recurso especial cuando se violan leyes federales) y ante el STF (recurso extraordinario por violación de principios y garantías constitucionales).