Nacional06/05/2018

Tras la semana de furia del dólar, esperan la suba de carne y harina

Los analistas especulan con que la corrida cambiaria profundizará los efectos en el bolsillo que ya provoca el alza de las tarifas.

Los Andes.com/ El cimbronazo que registró el dólar, más temprano que tarde, se trasladará a los precios y profundizará las persistentes dificultades que afronta el equipo que conduce el presidente, Mauricio Macri, para cumplir con su promesa de combatir la inflación.

Aunque desde el Gobierno trataron de enviar un mensaje de “tranquilidad” para contener el conflicto en el corto plazo, en el nuevo escenario se vislumbran más dudas que certezas, con nuevos desafíos económicos y nuevos frentes de conflictividad social.

Fueron tres días caóticos en el mercado cambiario, en los que la divisa norteamericana acumuló un alza de 6,6 por ciento y cerró la semana por arriba de los 22,20 pesos para la venta. Ahora,hasta los economistas más optimistas admiten que el golpe se sentirá en los bolsillos casi de manera inmediata.

“Obviamente, en la Argentina cada vez que hay una devaluación bajo un contexto de inflación, eso es un justificativo para ajustar los precios”, opinó ante la consulta de este diario el economista Jorge Colina, del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).

En línea, Fausto Spotorno, economista jefe de Orlando Ferreres y Asociados, agregó que “indudablemente el alza llegará a las góndolas porque la primera reacción de un empresario” ante saltos en el mercado “es tratar de trasladar los costos que se les vienen”.

“El cuánto se aumentará, dependerá de cada producto. Pero generalmente al mes de un desplazamiento del dólar tenemos un pico en los precios y esta corrida de alguna manera tendrá su impacto en el índice (de inflación) de mayo y probablemente haya algún arrastre en junio”, estimó Víctor Beker, economista y ex director Nacional de Estadísticas Económicas del Indec.

Aunque el vínculo más estrecho es entre el dólar y los precios mayoristas, los especialistas consultados coinciden al anticipar que el coletazo también llegará un poco más tarde al sector minorista. 

Como ejemplo, Beker se refirió a lo que sucede con los productos alimenticios de mayor demanda: “Argentina tiene la particularidad de que los principales artículos que integran la canasta de consumo, como la harina, la carne y el aceite, son al mismo tiempo exportables. Por lo tanto, cada vez que aumenta el precio del dólar, eso genera que también aumenten”.

Beker también criticó la estrategia de la Casa Rosada al considerar que “en la Argentina no se puede encarar una política antiinflacionaria seria, si antes no se acomodan los precios relativos y las tarifas”.

En el mismo sentido, Colina vincula la baja de la inflación con la reducción del déficit fiscal. “Lo único que me preocupa es que no bajen la inflación, cuando es bajable. Se necesita reducir un montón de gastos que el Estado nacional no los tiene que hacer. Ejemplo: los gastos de subsidios a inversiones y al transporte en la Ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires. Con eso, se ahorrarían 60 mil millones de pesos. Es el ahorro que el ministro (de Hacienda, Nicolás Dujovne) dijo que iba a hacer, pero no dijo cómo”, amplió.

Luego de la turbulenta semana que catapultó al dólar, todo parece indicar que los planes de Macri de contener la inflación no alcanzan. Incluso, los cálculos también pronostican tiempos difíciles que demandarán cintura política, porque al creciente malestar social por la suba de tarifas se le sumará ahora el descontento por la pérdida del poder adquisitivo.

Frente a los cierres de paritarias en torno al 15 por ciento, la pregunta es cómo se plantarán los principales gremios ante la pérdida cada vez mayor de los salarios frente a la inflación.