Sociedad Sebastián Quinteros Navarro 17/06/2018

Güemes, un hombre incorruptible que murió por la patria

El chozno del prócer recordó cuándo los jefes realistas quisieron sobornarlo con una importante suma de dinero y la contundente reacción del héroe gaucho, quien ordenó a su segundo “no descansar hasta arrojar fuera de la Patria al enemigo”.

Tras agonizar diez días en la Quebrada de la Horqueta luego de ser herido por las fuerzas realistas durante una emboscada comandada por el coronel “Barbarucho” Valdés, un domingo 17 de junio de 1821, a los 36 años, se apaga la vida del Gral. Don Martín Miguel de Güemes, héroe de la Independencia y pieza clave en la estrategia de San Martín.

Martín Miguel de Güemes, chozno del prócer, en diálogo con InformateSalta, lo definió como un hombre incorruptible; un militar humanista cristiano que nunca fusiló y que a su vez murió por la patria. “Fue el único general de la Independencia que murió en combate”, expresó orgulloso de su antepasado.

En la ocasión, recordó la oportunidad en que los jefes realistas quisieron sobornarlo, y la contundente respuesta del héroe gaucho. “Estaba agonizando cuando le llega la carta donde le ofrecen cerca de 50 millones de dólares para que se pasara a las fuerzas del Rey, inmediatamente llama a su segundo y le hace jurar que rechazaría a los invasores que se habían metido en nuestro territorio”, explicó.

Opinión actual

Si bien celebró la ley que crea el feriado nacional en conmemoración del General, expresó que debe ser un punto de partida y no de llegada. “Es importante que se conozca el pensamiento y la acción de Güemes, que tiene una fuerza muy especial para estos tiempos que vivimos”, dijo.

En ese marco, destacó todo lo hecho en los últimos años, como el museo de la Casa de Güemes, la película que hizo el canal Encuentro, la revisión de la obra de Bernardo Frías, y los más de 30 bustos que se colocaron en todo el país por el general.  “Güemes, junto a San Martín y Belgrano, son el trípode de la independencia”, concluyó.

La historia

Con apenas 14 años, en 1799, empezó la carrera militar enrolándose en la 6ª Compañía del Tercer Batallón del Regimiento Fijo con asiento en Salta. Cuando en junio de 1806 se produce la primera invasión inglesa, el regimiento en el que Güemes servía como cadete es convocado para auxiliar a Buenos Aires. Llegó a ser ayudante de Santiago de Liniers quien en 1807 lo nombró teniente de su escolta de granaderos. Pero al año siguiente, la muerte de su padre, obligó a Güemes a regresar a Salta.

Adhirió a la Revolución desde sus inicios. Y en los primeros años se desempeñó en el Alto Perú en acciones destinadas a interceptar las comunicaciones enemigas. Por diferencias con Juan José Castelli, regresa nuevamente a Salta.

En 1811, le tocará proteger la retirada de Juan Martín de Pueyrredón, luego de la derrota de Huaqui. Tras un período en Buenos Aires y Montevideo –participa del sitio a esa ciudad hasta fines de 1813 y es ascendido a teniente coronel, vuelve a Salta y es entonces que inicia la formación de milicias gauchas en el marco de su plan defensivo de guerra de guerrillas, que lo hará pasar a la historia.

En 1814, con su ejército campesino, Güemes detiene el avance del general realista Ramírez de Orozco, que había ocupado Jujuy, y lo fuerza a retroceder al Alto Perú. Por su condición de hijo de una familia acaudalada y de prosapia, a Güemes no le costó ser aceptado por la elite local como jefe y acceder a posiciones de poder. Y en 1815 es elegido gobernador de Salta.

Como general, creó el célebre Regimiento conocido como "Los Infernales", que impidió el avance realista, dio tiempo a las Provincias Unidas para declarar la Independencia y a José de San Martín para preparar y realizar la Campaña de los Andes.

Entre 1812 y 1821, la frontera norte sufrió nueve invasiones realistas. Las últimas seis fueron rechazadas por las milicias de Güemes. Cuando en 1816, se produce la muy temida invasión realista, las tropas españoles no podrán ir más allá de Jujuy. El plan de San Martín era que, una vez que él iniciara el avance por mar hacia Lima, Güemes lanzara finalmente una ofensiva sobre el Alto Perú. En la organización de esa expedición ocupó el jefe salteño los últimos meses de su vida.