Justicia 26/10/2018

La ex novia del juez Federico Diez, a juicio

Amorina González, la ex novia del juez Federico Diez, que lo había denunciado por violencia de género, fue enviada a juicio por la jueza Ada Zunino, por considerar acreditado que ella agredió al magistrado.

La jueza Zunino indicó que “lo cierto y concreto es que en la humanidad de la víctima (Diez) la Dra. Alejandra Masrala diagnosticó lesiones, y que el Dr. José Escudero también las constató”.

La magistrada rechazó los planteos de las defensoras de la imputada González, Josefina Arancibia Lemos y Gloria Cruz (de la agrupación Multisectorial de Mujeres de Salta), diciendo que “evidentemente el planteo efectuado por la defensa técnica, obedece a un desconocimiento de la Estructura y Funcionamiento del Poder Judicial y del Ministerio Público, y de la competencia y jurisdicción que le cabe a cada uno de ellos”.

En los últimos días se dio a conocer que otra Jueza, Virginia Montoya, había anulado la acusación contra el magistrado, y que además de esta acusación, la ex novia de Diez no sólo tendría este conflicto, sino también varios otros, todos con ex novios o maridos. En uno de ellos, tendría una orden de captura vigente. Además, tendría antecedentes por los delitos de hurto, daño, y por no dejarle ver los hijos a un ex marido. También ya había sido denunciada por Diez por falsa denuncia y falso testimonio.

Por su parte, los abogados de Diez, Horacio Aguilar y Hernán Cuneo, se mostraron satisfechos con la resolución, sosteniendo que “al fin se empieza a conocer la verdad, se empieza a desenmascarar el asunto, ya van a terminar las penurias a las que se sometió a nuestro cliente”.

Indicaron además que la única agresión fue de Amorina González en perjuicio de Diez, y que su cliente es un hombre honrado, juez hace años, respetado, sin una falta disciplinaria, sin un solo conflicto, docente universitario desde hace casi quince años, a quien se ha injuriado y calumniado con graves mentiras y difamaciones, y que por eso ya iniciaron los procesos correspondientes para que la mujer repare los gravísimos daños causados.