Sociedad05/11/2018

¿Cuidás tu rol de madre? ser “amiga” de tus hijos puede afectarlos emocionalmente

Es común que algunas mujeres abandonen su rol de madre para convertirse en la mejor amiga de sus hijos, olvidando que los chicos necesitan una figura de autoridad que les ponga límites para crecer sanos emocionalmente.

¿Mamá o amiga? Son roles complementarios pero totalmente diferentes y es importante que los niños lo tengan claro. La relación madre-hijo debe ser cercana, amorosa, abierta, honesta y comunicativa pero nunca de igual a igual ¡para eso están los amigos!

Es maravilloso que los niños sientan que pueden confiar en su mamá pero deben recordar que es una adulta y respetarla como tal. Si la consideran una amiga, es probable que no le obedezcan ni reconozcan sus límites o reglas.

El Riesgo de perder autoridad

A veces, en su intento por acercarse afectivamente a su hijo, la madre abandona su rol adulto y modelador para adoptar el rol de amiga cómplice y así generar más empatía. Esto es perjudicial y confuso para ambos: las mamás se adolescentizan y los chicos se sienten desprotegidos e inseguros emocionalmente porque no tienen una figura de autoridad para manejarse en la vida.

En otras ocasiones, las madres se hacen pasar por amigas de sus hijos para sacarles información y entrometerse en su intimidad ¡esto es peor aún! porque desde el lugar de confidentes, las mamás no podrán guiarlos, aconsejarlos, ayudarlos a tomar buenas decisiones, servirles como ejemplo, ni ponerles límites. Estarán limitadas a escucharlos y a guardar sus secretos sin emitir opiniones adultas al respecto.

Además, entre pares no hay autoridad. En una relación amistosa y horizontal, son comunes los reproches, las traiciones, los enojos y peleas pero entre madre e hijo ¡esto no puede ser posible! La mamá no puede negociar y ser flexible, al contrario, debe manejar todo con firmeza y madurez. Y está claro que como amiga, no puede ser firme.



Cosa de Adultos

Suele pasar que algunas madres cometen el error de contarles a sus hijos los problemas con su pareja o los conflictos vinculados a su vida personal e íntima y esta información proporcionada de manera inadecuada, será difícil de procesar y les creará temores y angustia. Se recomienda a las mamás que busquen amigas adultas o profesionales que puedan ayudarlas durante el proceso, que sean prudentes con sus palabras y omitan todo aquello que sus hijos no estén preparados para escuchar.

¡ANTE TODO SOY TU MAMÁ!

Las madres deben procurar acercarse a sus hijos sin perder la mirada adulta. Pero… ¿es posible entablar una relación amistosa con los niños ocupando el rol de mamá? ¡Claro que sí! Siempre y cuando se conozcan y respeten los límites y reglas desde la temprana infancia, que es una etapa donde los pequeños necesitan psicológicamente un espacio de diferenciación. Es importante construir bases sólidas de respeto y compresión para que la confianza surja de manera espontánea y no como una imposición.

La clave está en encontrar el punto de balance y equilibrio. No hay que dejar que uno de los roles sobresalga más que otro. Ni la madre tiene que adolescentizarse para llegar a un rol de empatía, ni los hijos manejar información que tiene que ver con el mundo emocional e íntimo de su mamá.

 

Fuente: Salta Bebé-Con el asesoramiento de Carina Salas. Licenciada en Psicología