Llevan a juicio a una peligrosa banda de narcotraficantes, uno de ellos era policía
Entre sus integrantes, 20 en total, se encontraba nada menos que una suboficial que tenía funciones en uno de las unidades con mayor información criminal.
Hace pocos días, la Unidad Fiscal contra la Narcocriminalidad (UFINAR) remitió a juicio una causa donde fue desbaratada una peligrosa banda dedicada a la venta de drogas y dejó a los 20 integrantes de esta organización al borde de penas que podrían rondar un máximo de hasta 20 años de prisión, en caso de ser hallados culpables; entre ellos una suboficial de la Policía.
Se trata de un caso que se convirtió en el de mayor magnitud, sobre todo por la red de revendedores que fueron detenidos y por la cantidad de droga que movían: se calcula que entre 50 y 100 kilos por mes.
A través de un extenso escrito, el fiscal penal 1 de la UFINAR, Santiago López Soto, mandó a juicio a José Mauricio Guzmán, Facundo Leonel Guzmán, Lucas Martín Tanco, Adrián Nieto, Eliana Lorena Fuentes San Millán (policía), Franco Exequiel Parrón, Fernando Ariel Zambrana, Alberto Nicolás Zerda, Juan Abel Ramírez, Elías Nicolás Verón, Hugo Portal, Rosa Arellano, Emanuel Alberto Acosta, Miguel Andrés Callau, Rodrigo Ezequiel Romero, Carlos Gustavo Díaz González, Elsa Padilla, Silvio Francisco Maza, Cristian Alexis Arias y Sergio Alejandro Estrada.
A todos estos, se les imputó el delito de “comercialización de estupefacientes agravada por la participación de más de tres personas en forma organizada”.
La organización delictiva estaba integrada por un miembro de la Policía de la Provincia, Eliana Lorena Fuentes San Millán, quien tiene agravada la acusación por tratarse de una funcionaria pública, con lo cual la pena para ella podría elevarse 5 años más.
Según el requerimiento de juicio, cuatro vecinos del barrio Universitario aportaron datos aislados sobre el accionar de esta banda a través del sistema de denuncias web, los que se convirtieron en una de las patas más importantes de este caso.
Otra, en tanto, provino de una denuncia que radicó casualmente la familia del cabecilla principal de la banda, y fue después de que otro grupo de narcos, de menor poder en el mercado de Villa La Lata, ejecutaran un ataque en la vivienda de los Guzmán, en el barrio Universitario, uno de los más antiguos de la zona norte de la ciudad.
La investigación
A partir de estas pistas, los policías de la División de Drogas de la UFINAR comenzaron a tirar del ovillo hasta agosto de 2018, lapso en el que lograron no sólo confirmar las denuncias sino reunir valiosas pruebas respecto al accionar de esta organización que, como un pulpo, ya contaba con más de 15 revendedores, en especial en la zona norte y oeste de la ciudad.
Con registros fílmicos y fotográficos de cada uno de los narcos, informes detallados de sus movimientos y la información obtenida del cruce telefónico, la fiscalía llevó a cabo en agosto de 2018, alrededor de 17 allanamientos en los domicilios de todos los integrantes de la organización.
En el operativo, al que los policías bautizaron con el nombre de “Pachamama”, se logró el secuestro de siete vehículos, uno de ellos una camioneta. También se confiscó cuatro motocicletas, 30 kilos de drogas y numerosos teléfonos celulares.
Los procedimientos desembocaron por primera vez en la detención de 20 narcos, aunque ese número se vio empañado porque entre ellos había un policía: Eliana Lorena Fuentes San Millán, una cabo que trabajaba en un lugar clave en la lucha contra el crimen en Salta.
La suboficial cumplía tareas en la Unidad de Análisis Criminal, lugar desde donde tenía acceso a todas las investigaciones en curso contra el crimen en nuestra ciudad, entre ellas obviamente las que estaban referidas al narcotráfico. Los policías que llevaron la investigación más fina del caso, sin embargo, estaban al tanto de esta sorpresa.
Sucede que entre las numerosas diligencias, el nombre de Fuentes San Millán saltó al profundizarse las pesquisas en torno a Zambrana, pareja de la cabo y a la vez uno de los revendedores de la banda liderada por José Mauricio Guzmán, quien era el responsable de proveer de drogas a más de una veintena de boca de expendio que ya tenía prácticamente el control de toda la zona norte.