El dolor de una madre: su hija murió atropellada y pide justicia
Cintia Palma perdió a su pequeña Candela, de tan solo 8 años, luego que un motociclista cruzó un semáforo en rojo y a alta velocidad en avenida Independencia. La niña sufrió un golpe tan fuerte en la cabeza que falleció a los pocos minutos.
Desde el 21 de agosto, Cintia Palma y sus 4 hijos viven sumidos en la angustia luego que Candela Oriana del Milagro Garamendi, su pequeña de tan solo 8 años perdiera la vida en un siniestro vial sobre Avenida Independencia. La atropelló un motociclista, que está libre y exige justicia.
En diálogo con InformateSalta, la mujer recordó entre lágrimas el fatídico momento en que un hombre, de nombre Miguel y de 55 años le arrebató a su nena. Contó que minutos antes de la medianoche regresaban a su casa cuando fue recibió el impacto.
“Se habían ido la plazoleta, mis hijas y su amiguita cruzan, miran a los dos lados, estaba en el semáforo en rojo. Mi hija mayor dice que apareció el de la moto sin luz. Candela reaccionó, hizo dos pasos atrás pero el tipo se la llevó igual. Se tuvo que quedar porque él también se cayó y la gente se amontonó,” expresó
En ese momento su otra hija, de 13 años, atinó a levantar e intentaba llevarla a su casa cuando un taxista se ofreció a llevarlas al hospital San Bernardo. Su otra nena, de 10, regresó llorando a contarle lo que había sucedido.
Cintia acudió inmediatamente al lugar, vio al hombre quien le dijo “no fue mi intención, no la vi, lo siento.” El policía a cargo del procedimiento le tomó los datos y ella se fue al nosocomio donde se dio con la peor noticia: Candela ya había fallecido. “El médico forense me dijo que le rompió la cabeza. Llegó con pocos signos vitales y le dio un paro,” manifestó.
El caso quedó en manos de la fiscal Verónica Simensen, quien le explicó que pidieron las filmaciones de las cámaras de seguridad, pero una no había tomado el momento del accidente y la otra no funcionaba, por lo que no hay registros del momento del impacto. Pero ella insiste en encontrar justicia.
Finalmente, recordó a Candela como una nena inteligente, amorosa, sana y llena de vida. “No es justo que condenen a alguien por matar a un perro y él este libre luego de haberme sacado a mi hija. No se acercó, ni siquiera vino a decime nada. Con eso me demostró que es culpable y responsable,” consideró.