“Queremos la verdad y a todos los culpables presos, Sandra Palomo presente, Sandra, presente”, fue la frase que unió a los habitantes de El Chorro, Formosa, al momento de despedir los restos de la docente asesinada en el subsuelo de un supermercado en Tres Cerritos el 31 de agosto pasado.

Luego de casi dos meses de espera, su cuerpo fue entregado a familiares quien tomaron la decisión de despedirla en su pueblo natal, allí la esperaron vecinos y amigos quien la despidieron exigiendo que se haga justicia.

Por el brutal crimen hay cinco detenidos, tres de ellos menores de edad y esa es una de las grandes preocupaciones de su familia, que por su condición sean puestos en libertad, inclusive uno de ellos ya presentó un pedido formal para recuperarla, pero le fue denegado.

La recordaron como una mujer “valiosa, que sembró amor en cada hogar y en cada niño que educó”. También detallaron que ejerció la docencia hasta jubilarse, algo que había ocurrido hacía menos de dos años; fue allí que decidió radicarse en Salta donde ya vivía sus tres hijos, su madre y hermana.

A casi dos meses de aquel sábado en el que Sandra salió de su casa en el coqueto barrio de Tres Cerritos a realizar compras, la justicia avanzó con la detención de los cinco sospechosos, pero aún no ha logrado establecer el porqué, esa pregunta que hoy su familia se sigue haciendo.

Su abogado Pedro García Castiella, dijo a los medios que la violencia y crueldad con la que fue atacada en el subsuelo del estacionamiento es algo que no había visto jamás en sus años de trabajo. Adelantó que la mujer sufrió varios cortes y muchos golpes en el rostro, luego fue arrojada a la caja de su propia camioneta donde agonizó al menos tres horas, hasta ser arrojada en un basural.

Analizando el expediente, todas las pruebas y los datos en los que ha trabajado la hermana de la víctima, también abogada de profesión, adelantó que no descartan que se haya tratado de un crimen planificado.