Estiman una devaluación del 15 al 20% antes de fin de año
Fuertes cuestionamientos a la falta de rumbo del Gobierno en una charla virtual de economistas con empresarios. Aseguran que si el Gobierno no hace el ajuste, lo hará el mercado.
Una mayor devaluación del tipo de cambio oficial, que redundará en una suba de la inflación en un contexto de muy alta incertidumbre, caracterizará a la Argentina en los últimos dos meses del año.
Así lo indicaron en una charla virtual con sus clientes los directores de Analytica, Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez, en la que descartaron el riesgo de una hiperinflación como escenario de base, pero aclararon que seguramente habrá una aceleración importante de la suba de precios, frente a la continua suba del dólar en el mercado no oficial.
La conversación se produjo en una jornada plagada de rumores políticos y económicos, a la espera de una definición del presidente Alberto Fernández sobre un potencial cambio en el equipo y en el rumbo de la economía, reclamada casi en forma igualitaria dentro del peronismo como entre los empresarios argentinos y los inversores internacionales.
Álvarez puso el acento en la necesidad de que el Gobierno adopte decisiones coherentes y veloces para tomar la delantera, antes de que el “el ajuste lo haga el mercado”, con consecuencias más complejas en términos sociales, políticos y económicos.
Delgado afirmó que es necesario que haya un acuerdo político concreto entre el Gobierno y la oposición para adoptar las medidas necesarias para que la debacle económica no se profundice.
Álvarez sostuvo que “subir tasas y hacer un ajuste es el menor de los males frente a una fuerte devaluación. Ya hoy tenemos los indicadores sociales del 2002, e imaginemos adónde se pueden ir con un salto cambiario. Así que mejor hacer el ajuste antes que después”.
“A este ritmo en diciembre nos quedamos sin reservas netas. Además, no hay consistencia y, sin estabilización cuesta encontrar un piso en términos de actividad económica. El problema es que el Gobierno no tiene tiempo, aunque crea que sí lo tiene”, aclaró Álvarez.
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De inmediato, indicó que “hay posibilidades de que el ajuste lo haga el mercado en forma desordenada si no lo hace el Gobierno”.
En este sentido, reconoció que, con la licuación de las jubilaciones, el programado aumento de las tarifas a los servicios públicos para 2021 y el freno a las paritarias frente a la inflación, “el Gobierno está yendo hacia un ajuste, pero no a la velocidad que se necesita, y para hacerlo hace falta un Banco Central que reaccione más rápido”.
“El ajuste para que sea ordenado, requiere de una sola cabeza”, expresó Álvarez, quien consideró que “habrá una corrección cambiaria”.
“Con un escenario como el actual la inflación se iría al 80% y tendrá que venir otro equipo económico que plantee un escenario de déficit cero. Pero es cierto que hay escenarios peores que este”, aclaró. En tanto, Delgado opinó que “el problema mayor es el nivel de emisión, como reflejo del déficit fiscal; hoy tenemos 5 puntos de déficit sobre el PBI, pero para llegar a 8 a fin de año, que es nuestra proyección; es una explosión, así que se entiende que van a pasar cosas”.
“La mejor política económica solo se puede llevar a cabo con consensos políticos mínimos, no de declamación sino gestos concretos, más allá del decálogo de buenas intenciones del consejo agroindustrial de esta semana. Y, por eso, tanto el gobierno como la oposición deben cerrar grietas, porque todos deben saber que deberán poner algo cuando se sienten en una mesa”, explicó.
“El problema es que el zigzagueo permanente hace que el sector privado no termine de entender el rumbo”, se lamentó. En este contexto, precisó, se asume que “el tipo de cambio se devalúa el 15% en la última parte de este año, si se quiere mantener el tipo de cambio competitivo con un crawling peg acelerado”.
Ante una consulta de sus clientes, Delgado descartó los escenarios de una incautación de los depósitos del sistema financiero y de una hiperinflación. “No vemos que tomen el encaje de los depósitos como reservas líquidas; el sistema financiero está suficientemente líquido como para que esto no ocurra”, indicó.
Respecto de un escenario similar al de 1989, afirmó: “No hay condiciones objetivas para que haya una hiperinflación; no hay un sistema de ajuste de salarios como en 1989 y de hecho este año no hubo paritaria, ni aquel nivel de déficit fiscal y cuasi fiscal”.
Álvarez aclaró que “si se quiere evitar una hiper, se necesitan USD 10 o 15.000 millones de dólares de financiamiento”.