Qué chances hay de que el virus Chapare “migre” de Bolivia hacia la Argentina: ¿hay necesidad de cerrar la frontera?
Según los hallazgos presentados este lunes en la reunión de la Sociedad Americana de Medicina e Higiene Tropical (ASTMH), el virus Chapare que se detectó en Bolivia -una fiebre hemorrágica potencialmente mortal con síntomas similares al ébola-, puede propagarse de persona a persona. Al menos, se acreditó que hubo contagio entre pacientes infectados y personal médico. El virus no tiene aún ningún tratamiento. Ni vacuna.
Tras lo aprendido por la pandemia del coronavirus, y mientras mandatarios de todo el mundo aún señalan a China por no haber impedido la propagación de la enfermedad hacia otros continentes, ¿Bolivia debería cerrar su frontera? Si no lo hace, ¿Argentina debería cerrar la frontera con Bolivia?
El virus Chapare reapareció en 2019 en ese país limítrofe tras el brote de 2004 en la provincia de Chapare, de la que tomó su nombre. Investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos ahora confirmaron la transmisión humana de este tipo de fiebre hemorrágica y presentaron evidencia preliminar del virus en roedores. El año pasado, el Chapare causó tres muertes entre las cinco infecciones identificadas cerca de la capital boliviana, La Paz. Pero antes, indican, hubo más casos que se confundieron con dengue.
“Nuestro trabajo confirmó que un joven médico residente, un médico de ambulancia y un gastroenterólogo contrajeron el virus después de encontrarse con pacientes infectados, y dos de estos trabajadores sanitarios murieron más tarde", dijo Caitlin Cossaboom, epidemióloga de División de Patógenos y Patología de Consecuencias Altas de los CDC.
"Ahora creemos que muchos fluidos corporales pueden potencialmente portar el virus", agregó. Cossaboom detalla que la confirmación de la transmisión de persona a persona muestra que el personal de Salud y “cualquier otra persona que se ocupe de casos sospechosos” deben tener cuidado para evitar el contacto con elementos que puedan estar contaminados con sangre, orina, saliva o semen.
La saliva recuerda al Covid-19. Pero no es lo mismo. El Chapare pertenece a un grupo de virus llamados arenavirus. No es un nuevo coronavirus. “Todavía no se conoce bien pero se comportaría como un ‘hanta’. Es de la misma familia: un arenovirus. Entonces, su potencial es epidémico, con brotes (no pandémico)”, dice a Clarín Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Lationamericana de Infectología Pediátrica.
¿Por qué no podría convertirse en una pandemia? Para que sea una amenaza mundial, sin fronteras, como el Covid, el virus debería evolucionar.
Lugar de la primera detección del virus
“Pero, generalmente, los arenavirus no evolucionan. Son parecidos al hantavirus y otros virus que circulan por Latinoamérica transmitidos por los roedores. El Chapare fue aislado en 2004 y después ‘no hubo más’, por confusión. Ha circulado siempre y se ha confundido con casos de dengue -por la sintomatología, como presentaron en el estudio-. Además, a diferencia del coronavirus, el contagio es por contacto directo con el roedor. En cuanto a que se de de persona a persona, hay que describirlo bien si es así o no y en qué condiciones se contagia. Con el Covid no hay dudas y eso genera la pandemia”, apunta.
Ningún hantavirus, hasta el momento, llevó al cierre de fronteras. Con los datos existentes, los expertos que hablaron con Clarín coincidieron en que la historia epidemiológica del Chapare, aunque es muy reciente, indica que seguirá por el mismo camino.
“Se espera mayor información oficial de ese tema. La mayoría son publicaciones en los medios y poco oficial. Veremos si no se trata de hantavirus...y no de otro microorganismo. Son lugares (por la zona cocacolera de Chapare) en los que la información oficial tarda en aparecer. Pasó en 2019: ‘Intoxicación por organofosforados’, decían. Fue luego hantavirus’”, advierte a Clarín Javier Farina, desde la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
En Bolivia está el virus Machupo, indica Farina, que provocó brotes mortales y está emparentado con el virus Junín de Argentina. Con ese antecedente epidemiológico, las fronteras entre ambos países no se cerraron. “El Junín nunca se detuvo, no desapareció. Pero tiene un vector animal que no tiene distribución universal, el ratón maicero”, aclara.
Eduardo López, infectólogo del Hospital Gutiérrez, también marca la “limitación” del virus Chapare, por ejemplo, frente al coronavirus. “Este es un virus de la familia de la fiebre hemorrágica en Argentina, son como ‘parientes’. Los síntomas son vómitos, diarrea, gingivitis (sangrado de encías), hemorragia. No sabemos aún cuál es la capacidad de transmisibilidad del Chapare. Algunos autores creen que casos de dengue hemorrágico podrían haber sido Chapare no detectado. Pero en lo clínico es un virus muy diferente al Covid y no se conoce su capacidad de aerolización. Es muy temprano para saberlo. Ni siquiera hay un brote en Bolivia, sólo casos individualizados en entornos médicos”.
Lopez explica que “para que el virus llegue a Argentina los ratones deberían estar infectados con Chapare”. Algo que sería “improbable”. Los ratones, ratas o cuises no migran tantos kilómetros. Son peridomiciliarios.
“Lo que sí podría haber, como se señala, es la transmisión de persona a persona. Pero quienes tienen Chapare, como en la mayoría de los virus hemorrágicos, no son asintomáticos (los casos leves igual mostrarían resfríos del nivel de una gripe) y eso complica su propagación, a diferencia del coronavirus”, cierra. No habría personas que contagien por no saber que están infectadas.
En este punto, Joel Breman, presidente de la American Society of Tropical Medicine and Hygiene, destacó en el anuncio que “si bien todavía hay mucho que se desconoce sobre el virus Chapare, es encomiable la rapidez con la que el equipo investigador pudo desarrollar una prueba de diagnóstico”. Se trata de un RT-PCR, como el que se usa para confirmar el diagnóstico de infección por Covid-19. /Clarín