Se acelera la segunda ola en Sudamérica y ya pega en la Argentina
América del Sur entró en la segunda ola de contagios antes del inicio del verano y ahora los países de la región empezaron a lidiar con distintas medidas para desacelerar los casos antes de las fiestas y las vacaciones. Uruguay fue quizás el más drástico al cerrar las fronteras hasta el 10 de enero ante un salto exponencial en los nuevos casos diarios que los llevó de la zona de los 30 nuevos contagios por día a acercarse a los 500 en unas pocas semanas.
Y en Medellín, Colombia, acaban de decretar el toque de queda desde las 20 horas del 24 hasta el 26 de diciembre, al igual que del 31 de diciembre al 2 de enero. A partir de mañana solo podrán salir a la calle los días pares los que tengan cédula de identidad par y los que tengan documento impar los días impares. Otro tanto resolvió el gobierno ecuatoriano que pasará las fiestas en cuarentena estricta.
En todos estos países la cantidad de casos activos también muestra un repunte y Argentina no es la excepción en la región. Por el momento, el rebrote ya se ve en el AMBA, mientras que buena parte del interior todavía cursa la primera ola. En la Ciudad de Buenos Aires reconocieron el aumento en la cantidad de casos pero aseguraron a LPO que por ahora descartan medidas restrictivas adicionales a los controles ya dispuestos para turistas que lleguen o regresen a la ciudad. Las fuentes consultadas remarcaron que los testeos se ha masificado al punto que uno de cada dos casos detectados es asintomático, lo que supone una drástica mejora en la capacidad de contención del avance del virus que cuando solamente se testeaban personas con síntomas y el resto quedaba "fuera del radar".
Y mientras se esperan definiciones adicionales de Ginés González García, por lo pronto Kicillof resolvió aislar a los 47 pasajeros provenientes del Reino Unido que este lunes arribaron al país con destino a la provincia de Buenos Aires incluso si el test PCR les dio negativo. Lo que más puede complicar la cantidad de contagios es que se irradie la cepa N5017 que se esparció por el sur londinense y que es al menos un 40% más contagiosa.
Sin embargo, incluso sin el impulso agregado que podría darle la nueva cepa a los contagios locales, la segunda ola también podría acelerarse si se intensifican los contagios provenientes de países vecinos. Por eso en el equipo de Salud de Kicillof advierten que Brasil y Chile están "muy complicados" y los casos "van a subir fuerte". Pero prefieren no apurar nuevas restricciones: "Vamos a esperar las fiestas y veremos la primera semana de enero", dijeron según recogió a LPO.
La tercera razón para la aceleración de los casos es la movilidad creciente de la población, con congestionamientos en el transporte público y algunas áreas comerciales, además de las reuniones de fin de año, en muchos casos sin respetar los protocolos de distancia social.
El fenómeno de la segunda ola latinoamericana excede al Cono Sur y, por ejemplo, Panamá también se vio obligada a restringir la movilidad en la capital desde el viernes pasado. Mientras que México ya tiene un 44% más de nuevos casos semanales de los casi 8.500 que reportó a fines de julio al acercarse a los 12.200 contagios por semana, de acuerdo a datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Por eso, en la Ciudad de México volvieron a la fase 1 de la cuarentena y restringieron el comercio a lo más esencial.
De acuerdo a la OPS, el continente americano -desde el Ártico a la Patagonia- hizo el pico de contagios a fines de julio con casi 1.017.000 casos semanales para luego reducirlos a menos de 700 mil casos en la primera semana de septiembre y desde entonces los contagios vienen en ascenso: en la segunda semana de diciembre se registraron más de 2.321.000 casos, 34% más que los registrados en toda Europa y creciendo a la mayor tasa después de África.
Si solo se toma el Cono Sur, el piso de casos se observó entre fines de octubre y comienzos de noviembre y desde entonces, no ha dejado de crecer.
Puntualmente el Cono Sur se acercó a los 95.000 casos diarios entre fines de julio y la primera mitad de agosto, con Brasil a la cabeza (casi 69 mil contagios diarios) seguido por Argentina (con casi 6 mil contagios). Luego hizo un mínimo a principios de noviembre de menos de 50 mil casos diarios para luego acelerarse a valores récord el viernes pasado. Con 70,6 mil contagios Brasil ya superó su último récord. Y también Colombia que orillando los 14 mil casos diarios supera ampliamente los 12,5 mil que llegó a tener en el pico anterior.
En Bolivia también aumentan los casos diarios tras haber hecho valle en noviembre, pero con 600 casos diarios está lejos de los 1900 que llegó a tener en el peor momento de la pandemia a mitad del invierno. Y en Chile de tener 8,1 mil casos por semana a fines de octubre, la semana pasada ya sumaban 13,7 mil casos.
Los datos preocupan por la celeridad en los contagios sobre una base elevada de casos, pero tienen por atenuante que la mortalidad del virus no siguió la misma trayectoria. Si bien los fallecimientos se aproximan a un nuevo máximo, por ahora se mantienen ligeramente por debajo del máximo anterior.
En el caso argentino, en la última semana se registró un incremento del 21% de los casos y el foco vuelve a ser la Capital y el Conurbano. Con datos de llamadas a la línea para coronavirus de la provincia de Buenos Aires, el investigador de la UNSAM, Ezequiel Álvarez encontró en las últimas semanas un quiebre en la tendencia decreciente que se registraba desde octubre. Desde la segunda semana de diciembre, comenzó a subir la cantidad de gente que llama con síntomas compatibles con coronavirus, tanto en el primer como en el segundo cordón del conurbano bonaerense. Este indicador permite adelantar entre tres a diez días la tendencia en la cantidad de nuevos casos.