Estafa Millonaria: La detención del comisario Colantuono abrió varios interrogantes
La acusación en su contra por fraude explicó, para muchos de sus camaradas, la vida de lujos que llevaba el funcionario, aunque todavía hay mucho misterio en torno a la maniobra y otros presuntos responsables, entre ellos su pareja.
La detención del comisario Hugo Alberto Colantuono, por una investigación que la Unidad Fiscal de Delitos Económicos Complejos por un fraude en perjuicio del estado provincia, despertó nuevos fantasmas de corrupción dentro de la policía provincial, ahora con nueva gestión.
El último escándalo se registró a mediados de diciembre pasado, cuando el comisario José Vicente Quiroga denunció un desvió millonario de fondos y otras maniobras de fraude en torno al Complejo Social de La Almudena, oportunidad en la que apuntó directamente contra el ex subjefe de policía, comisario Gabriel Gallardo, quien se marchó de su cargo bajo una sombra de corrupción.
Por cierto, sobre esta investigación, que también fue a parar a la Unidad de Delitos Económicos Complejos, nada más se conoció respecto a si hubo avances y muchos menos se conoció la decisión de imputar a algún funcionario policial por el desmanejo financiero denunciado por Quiroga, cuyo destino de servicio también se desconoce.
Esta semana, a menos de tres meses de aquel escándalo, la policía, ya con una nueva Jefatura, vuelve a enfrentar las sospechas de corrupción dentro de la fuerza, algo que muchos policías se lamentan y consideran que la institución se convirtió en “otra caja más” del Estado presta para el saqueo.
En el Mollar
La detención de Colantuono, según fuentes policiales, fue concretada por otro oficial del mismo rango. Se trata de Juan Pablo Sánches, de Delitos Económicos, quien detuvo a su colega en su casa de barrio privado “El Mollar”, en Cerrillos.
Allí, Sánches le hizo conocer el motivo del arresto, al cual Colantuono no se opuso y, según dijeron, tampoco le causó sorpresa y mucho menos a su pareja, quien se trataría de la comisaria inspector Verónica B., cuyo último destino era la comisaría Quinta, aunque fuentes internas de esa fuerza, sostuvieron que goza de licencia.
Tampoco pasó desapercibido de que esta funcionaria policial no haya estado al tanto de la maniobra, pues gozaba de los dividendos obtenidos, una vida que, según los policías, nunca la hubiera podido tener con los magros sueldos provistos por el estado a los uniformados. Por ello, algunos de ellos, en especial sus colegas, reclamaron por la detención de esta jefa por el delito de encubrimiento.
Respecto al comisario acusado, y según lo informado por el comisario Jorge Ríos, Jefe de Operaciones de División de Seguridad Urbana, donde cumplía tareas Colantuono, dicho jefe policial gozaba también de una licencia, en este caso por un Permiso Extraordinario de Ausencia, por ser persona de riesgo.
Se trata de los permisos “especiales” que en enero pasado generaron gran polémica dentro de la policía, ya que no había controles al respecto. Casualmente, Colantuono, quien cumplía la función de Jefe de Sección Administrativa, gozaba de esta licencia desde el 23 de agosto del 2020.