Policiales Por: InformateSalta16/03/2021

Femicidio de Macarena: El cobro del servicio habría sido el detonante del brutal ataque

A medida que transcurren los días, los cruentos pormenores del asesinato de Macarena Sol Blanco Domínguez comienzan a salir a luz. En las últimas horas, trascendieron detalles de las heridas que recibió, las cuales no sería 7 ni 15 sino alrededor de 40.

Esto revela que Aaron Zárate, el joven de 18 años detenido e imputado por el hecho, perpetró un ataque salvaje contra Macarena, a quien había ido a visitar para concretar un servicio sexual, también conocido como “escorts”, por el cual el asesino debía pagar.


Así habría sido el crimen de Macarena Blanco


Según fuentes policiales, la visita de Zárate en el departamento de calle Alvarado al 1700, el cual habría sido alquilado por el martillero público Sergio Rueda Mollins para la organización que dirigía esta red de servicios sexuales, se desarrolló con normalidad.

La situación cambió cuando, una vez consumido el servicio, el joven tenía que pagar por la cita, dinero del cual Macarena debía rendir, probablemente, el 50 % a los que estaban detrás de esta red, entre los cuales no estaría solamente el martillero y el remisero Emilio Vicente Sivila, detenidos sino también otros peces más gordos, uno de ellos sería una persona importante.

La insistencia de Macarena por cobrar, llevó a Zárate a matar de forma despiadada a la joven, a quien redujo a golpes y luego, armado con un cuchillo del tipo sierrita.


Le asestó numerosas heridas en todas partes del cuerpo, aunque las letales se concentraron en 
el rostro, cabeza y el torso.


Según algunos peritos, es evidente que Macarena se defendió, pues presenta cortes en los brazos y manos, aunque su resistencia no fue muy extensa, en especial porque las heridas recibidas fueron profundas. En una de ellas, casualmente, el asesino le clavó el cuchillo en la cabeza.

En esa acción, según indicaron los investigadores, Zárate se lastimó la mano al desplazarse por el filo del arma, lo que sucedió debido a la imponente fuerza ejercida en el feroz ataque, el cual se podría haber potenciado ante la probabilidad de que el homicida haya actuado bajo los efectos de alguna sustancia alucinógena.