Jimena Salas: el fiscal Paz declaró que el viudo fue el principal sospechoso
El entonces fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas Pablo Paz asumió la investigación del crimen de Jimena Salas, a las 48 horas de ocurrido, cuya primeras medidas y diligencias fueron dispuestas por su colega Rodrigo González Miralpeix, quien estaba de turno el día que ocurrió el crimen de Jimena, el 27 de enero de 2017.
Paz y González Miralpeix son dos de los 100 testigos citados a declarar. Sus testimonios fueron requeridos por la fiscalía, cuya teoría del caso incluye una supuesta mala investigación en sus inicios, hipótesis con la cual se busca justificar la ausencia de pruebas concretas contra Sergio Horacio Vargas y Nicolás Caja Gauffín.
El fiscal Pablo Paz declaró por escrito y respondió 12 preguntas que le fueron remitidas por el tribunal de juicio, primero negó tener cualquier tipo de vínculo con los acusados, algo que la fiscalía intentó sostener con el subcomisario Sánchez, investigador del CIF, que declaró el 10 de mayo pasado.
“No tuve relación alguna con los imputados Vargas y Cajal previo al presente caso, ni mantengo actualmente vinculación alguna con ellos”, respondió Paz, mientras que González Miralpeix también lo negó. “No tuve ni tengo relación alguna” con los acusados.
En cuanto a si el viudo fue investigado, bajo qué concepto, manera y conclusiones a la que se arribaron respecto a su posible participación criminal en el hecho, Paz también fue contundente: “la investigación inicial tuvo como principal hipótesis evaluar la participación en el hecho del Sr. Cajal”.
Explicó que, a partir del resultado de estudios genéticos, análisis de las cámaras de video del lugar y otras pruebas producidas, es que se descartó la participación de Cajal en la ejecución material del crimen, sin embargo, avanzó con la posibilidad de que sea el autor intelectual del homicidio de su mujer.
En ese sentido –agregó- se “realizaron todas las medidas conducentes para verificar la posible vinculación de Cajal en relación a terceros que hayan cometido el homicidio en virtud de un encargo. Hasta el último momento en que estuvimos a cargo de la investigación no surgieron elementos de convicción suficientes para formalizar una imputación”.
Detener al viudo
Sobre por qué razón no fue detenido Cajal, Paz aclaró que, ocurrido el hecho, no estuvo a cargo del caso, pues era González Miralpeix quien dispuso las medidas inicialmente. No obstante, indicó que su colega evaluó los elementos colectados junto a los investigadores de la División Homicidios, sin llegar a decidir tal medida.
Además, resaltó la inconveniencia de “requerir una medida de coerción personal por carecer de elementos para ello, de conformidad a las pautas constitucionales y procesales vigentes en orden a la autoría material de Cajal, lo cual se pudo verificar rápidamente”.
Con esto, Paz explicó que las pruebas producidas hasta ese momento ponían a Cajal como sospechoso de la comisión material del crimen, posición que persiste hasta el día de hoy, pues los fiscales que sucedieron a Paz y González Miralpeix tampoco pidieron su detención.
En cuanto a la predisposición y colaboración de Cajal con la investigación, Paz sostuvo que siempre estuvo a disposición de los requerimientos de la fiscalía. Por su parte González Miralpiex indicó que el viudo fue citado a prestar declaración, se lo sometió a una revisación médica integral, también se le extrajo muestras, se revisó su vehículo, prendas de vestir e incluso hizo entrega de su teléfono celular, “a lo que no se opuso”.
Sobre si tomó conocimiento de algún mensaje o llamado telefónico sospechoso que vincule al viudo con el crimen o con otros autores, ambos fiscales fueron coincidentes en señalar que no tuvieron acceso o conocimiento de llamados o mensajes de esa índole.
La declaración de ambos fiscales, cabe señalar guarda gran relevancia para el caso, pues fueron las personas que tuvieron relación directa con los resultados de las medidas probatorias, la actuación de los peritos, médicos forenses y los investigadores, situación que los coloca en un lugar de privilegio para brindar una opinión objetiva del hecho.