La mujer abusada en Bº El Huaico reconoció a uno de los atacantes por un tatuaje de “San La Muerte”
Fue una de las pistas que ayudaron a identificar a uno de los dos delincuentes que atacaron sexualmente a una vecina de Bº El Huaico, en cuya casa irrumpieron armados con una pistola “tumbera”.
Según el relato de la víctima, y que conoció InformateSalta, los dos agresores estaban agazapados detrás de la puerta de una habitación en el fondo de la propiedad, donde ella se hallaba viendo la televisión. Dijo que, justo al mediodía, cuando veía un canal de Buenos Aires, es que sintió ruidos provenientes de la cocina de la casa.
Fue entonces que abrió la puerta para ir a ver qué sucedía, circunstancias en que los dos sujetos, quienes esperaban que salga, la agarraron y la empujaron hacia dentro de la habitación, la que pasaron a revisar de arriba abajo en busca de dinero.
En su relato sobre lo sucedido, la mujer reveló que uno de los delincuentes la agarró del cabello y la arrojó en la cama, donde le apuntó con una pistola “tumbera” en la cabeza, mientras que el otro sujeto que iba armado con el cuchillo, le hizo un corte en la cintura para amedrentarla.
“Quiero plata, dame plata”, exigió el sujeto a la vez que le ordenó que no gritara, ya que iba a ser peor. Totalmente atemorizada sólo atinó a decir que no había dinero en la casa, lo que obviamente no convenció a los ladrones.
Con la mujer reducida, los ladrones comenzaron a revisar todo. Abrieron su bolso, la billetera y varios cajones, pero efectivamente no encontraron nada de dinero. Sí tomaron un teléfono celular que no servía, por lo que la mujer le dijo que se lo llevaran.
De los cajones, en tanto, se probaron una campera que pertenecía a la pareja de la mujer, una de ellas con un escudo de Boca Juniors, la cual eligieron para llevársela junto a otra más, siendo estas prendas el único botín sustraído.
Abusada
Cuando la mujer creyó que los sujetos ya se habían dado por vencidos y se disponían a escapar, uno de ellos, que había llegado armado con la pistola “tumbera”, la tomó del cuerpo y la arrojó nuevamente en la cama, donde la violó.
Este agresor, según lo informado, era robusto y no pudo ver su rostro debido a que llevaba puesto un barbijo negro y una capucha. Por la forma en que se comportó, se sospecha que se trataba del cabecilla, pues daba las órdenes.
Su cómplice lo seguía, tanto que también la violó después de su jefe, oportunidad en la que la víctima pudo ver que en su brazo izquierdo tenía un tatuaje de “San La Muerte”, mientras que en los ojos tenía varias arrugas y un lunar cerca de la boca.
En este caso, la víctima indicó que pudo ver el rostro del delincuente y violador porque, si bien llevaba un barbijo gris, en todo momento se le caía. Cometido el abuso sexual, los ladrones, que ya habían revisado la casa, se dieron a la fuga, no sin antes cerrar la puerta principal llevándose las llaves.
Pedido de auxilio
Tras esperar unos minutos, la mujer corrió hasta la puerta de ingreso y comenzó a pedir ayuda desde una ventana. Una vecina pasó por la vereda, pero no acudió a los gritos de la mujer, sin embargo, un hijo menor de la misma sí lo hizo. Al hacerlo, la víctima le pidió que fuera a buscar a la policía.
Recién a las 12.45, un policía que encontró en la esquina de la casa las llaves de la vivienda, abrió la puerta y auxilió a la mujer, quien aportó todos los datos de los delincuentes, entre ellos la descripción física que, luego, permitió la detención de dos sospechosos.