Justicia22/02/2022

Docente condenado por grooming: “No quiero que te veas con otros pibes”

Sergio Daniel Serrudo, un profesor de 41 años del Liceo Cultural Docente, fue condenado la semana pasada a seis meses de prisión condicional por haber acosado a una alumna de 13 años, a quien le exigía fotos con ropa interior o desnuda. 

En el marco de una causa penal por el delito de “Grooming”, que creció notablemente en Argentina en los últimos años, la jueza Paola Marocco, de la Sala VII del Tribunal de Juicio, condenó a Serrudo a la pena mínima establecida en el Código Penal para esta conducta delictiva.

Sobre el caso, InformateSalta pudo saber que data de 2018, cuando Serrudo se desempeñaba como profesor de Tecnología en el reconocido establecimiento educativo, de calle Santiago del Estero al 1.200. Todo surgió a partir de la denuncia radicada por la madre de la menor y la investigación realizada por el fiscal Sergio Federico Obeid.

En su relato, y como suelde suceder, la madre se percató del acoso que padecía su hija al revisar su teléfono celular, circunstancias en que observó una serie de mensajes de Whatsapp, mediante los cuales el acusado celaba a la menor.

En uno de ellos, Serrudo indagaba a su hija para que le diga quiénes eran los amigos con los que se juntaba.  “...con quien te ves, no quiero que te veas con otros pibes porque me pongo celoso”, le escribía.

Pero esto no fue todo, también encontró varios mensajes en los que insistía en tener una cita con la alumna fuera del horario escolar. Agregó que su hija le confirmó que el docente la acosaba y siempre le pedía que borre los chats de las conversaciones y reconoció también que Serrudo la llamaba por teléfono.

A partir de este relato, el fiscal llevó adelante varias diligencias, entre ellas citó a la menor a prestar declaración mediante circuito cerrado de TV, oportunidad en que explicó que asistía al primer año y que, a mediados de junio de 2018, comenzó a recibir mensajes del docente acusado.


Profesor de tecnología que acosaba a una alumna recibió una condena pero no irá preso

Sobre Serrudo, contó que era un profesor “buena onda”, hacía chistes y no daba mucha tarea y que, en seis meses, una sola vez le tomó prueba escrita, y que el resto eran lecciones orales, aunque siempre otorgaba “segundas oportunidades”.

Sobre los mensajes, la menor indicó que Serrudo le escribía como si fueran viejos amigos, preguntándole “como estaba”, para luego mantener conversaciones en las que le contó algunos asuntos propios de su familia, la que reside en una localidad del valle de Lerma, donde también vivía el acusado, quien insistía en que sea vean en ese pueblo, pero la menor siempre se negó debido a que a ella no la dejaban “salir sola”. En respuesta, le reiteraba que debían “buscar la forma” de tener ese encuentro.

Pedidos de fotos

Entre otros chats, el docente le pidió en varias oportunidades fotos de la menor, quien ante tanta insistencia sólo reconoció haberle mandado algunas imágenes familiares, a lo que Serrudo siempre resaltaba que era linda y tenía lindo cuerpo.

Ante estos halagos, la menor le contó que el docente comenzó a pedirle fotos subidas de tono. “Pedía fotos en traje de baño o en ropa interior”, pero ella no se tomó imágenes así y, mucho menos, le envió al acusado, quien insistía en que le mande fotografías de este tipo.

Para convencerla, el docente no paraba de resaltar las bondades físicas de la adolescente, quien relató que, en una ocasión, desde su cuenta en la red social Facebook, recibió una solicitud para envíe a un hombre fotos de ella desnuda, algo que el docente también le había solicitado.

Al respecto, la menor le aclaró que no le mandaría ninguna foto desnuda, a lo que el docente le dijo que “tenía que tener confianza en él”. Esto no fue lo único, pues Serrudo, además de las fotos, reiteraba en que vaya a su casa a ver una película.

Para hacerla entrar en confianza, en tanto, le mandó a la menor algunas fotos suyas, en las cuales se mostraba en su automóvil, como así también otra, en una pose relajado en su cama, las cuales luego fueron extraídas del teléfono que usaba la niña.

En vista de estas pruebas, entre otros, la fiscalía dejó probada la conducta delictiva de Serrudo, quien, en un juicio abreviado, reconoció el delito cometido, hecho por el cual se acordó una pena mínima para Serrudo, quien quedó en libertad, aunque deberá cumplir con una serie de reglas de conductas, caso contrario se podría disponer su detención y cumplimiento de la pena tras las rejas.