Marcelo Gallardo sufrió un percance en Cafayate y mirá lo que pasó: “¡Fue inolvidable!”
Era un día como cualquier otro hasta que se volvió inolvidable. En Cafayate, un grupo de pescadores se acercó al río Calchaquí para compartir un asado cuando de repente recibieron un pedido de auxilio: la camioneta de un turista que estaba de visita por la zona de la quebrada se había empantanado, y pese a los esfuerzos, no lograban salir del aprieto.
Con el fuego encendido y la carne lista para la parrilla, decidieron dar una mano al visitante, que como muchos llegó a la localidad a conocer los atractivo del "Obelisco" y "Las Ventanas", pues le podría pasar a cualquier que no conozca bien el terruño. Sin embargo, nunca imaginaron lo que pasó después.
De pantalones cortos, remera negra, gorra y zapatillas rojas y blancas, como signo distintivo de su pasión, apareció la persona menos esperada: Marcelo Gallardo, el DT multicampeón de River Plate. No hizo falta más para que brotaran lágrimas de emoción entre los presentes. Lo acompañaba una chica y un amigo.
Se olvidaron de la pesca y del asado, y mientras hacían un gran esfuerzo por sacar adelante la camioneta, aprovecharon el tiempo para charlar de la vida, con quien definieron como una persona sencilla y amable.
Eduardo López, zapatero y confeso hinca de Boca, en el programa “Poné Los Fideos” de Radio 10, explicó que todo fue muy espontáneo. “Estamos preparándonos para almorzar, y un señor se presentó que estaba en la camioneta, y si le podíamos dar una mano ya que habían quedado en medio de la arena y no la podían sacar y los fuimos ayudar”, sostuvo.
“Mi hijo es fanático de River, no te imaginás”, relató Eduardo, quien confesó que no fue tarea sencilla pues les demandó horas, que disfrutaron minuto a minuto. “Estuvimos peleando casi una hora y pico con los muchachos, estábamos afligidos en sacarle la camioneta”, comentó.
Una vez superado el percance, Gallardo les agradeció el gesto y les regaló la gorra que llevaba puesta. “Mi hijo se llenó de emoción, y yo como papá, también, se nos fueron todas las lágrimas, y me puse contento por la felicidad de mi hijo, por la actitud que tuvo el Muñeco”.
Para finalizar, explicó que el “Muñe” les dejó su contacto y se puso a disposición para ayudar en lo que hiciera falta. “Todavía seguimos en contacto con él, nos dijo que además nos iba a mandar un presente para nosotros, fue algo inolvidable. Ya nos olvidamos de la pesca todo, fue todo una felicidad, cada uno contaba lo que habló con él. Fue mágico”, concluyó.