Amor por los animales: Una docente rescata y cuida a más de 60 callejeritos
“Amoldé mi vida a los animales”, dice Claudia Rivero al abrirnos las puertas de su hogar, que funciona como un gran refugio mascotero. “Este lugar está pensado en sus necesidades más que en las mías”, agrega mientras mira los árboles, caniles y amigos de cuatro patas que recorren el refugio.
Todo su trabajo lo hace dentro del marco de la fundación Movimiento de Luz, que ella misma dirige, y que busca crecer para dar contención a más animales. “Si bien estamos colapsados porque no es sencillo mantener a más de 50 perros, queremos darle formalidad a la fundación para que podamos ayudar a más animales”, comentó ante InformateSalta.
“Hay tantos perros con necesidades en la calle que empecé a abrirles la puerta de mi hogar y mi vida empezó a cambiar. Los animales forman parte de mi vida”
Claudia es profesora de educación física y el límite de sus ingresos no le impide destinar todo lo posible para sostener este espacio. “Todo lo que hice hasta ahora es a pulmón, la construcción de la casa, los caniles, su alimentación, su atención veterinaria, pero tenemos muchas necesidades”, comentó.
Si bien hay gente que colabora con la fundación, no hay donación que de abasto para mantener a los más de 50 perros que conviven con Claudia. Con un gasto diario de $3500 en alimento, más su atención veterinaria, la situación muchas veces se vuelve insostenible, por lo que Movimiento de Luz recibe ayuda y donaciones de quienes quieran colaborar.
“Sé que la gente normal no hace lo que yo hago, pero no me arrepiento de dedicarle mi vida completa a los perros. Es parte del sentimiento que tenemos las personas que nos dedicamos al proteccionismo”
No solo se necesitan insumos, sino manos. Claudia explica que todo suma: personas para pasear a los animales, gente que pueda bañarlos, peinarlos, mimarlos. “Ellos necesitan cariño”, marca la mujer.
Detrás de cada animalito que vive en el refugio hay una historia de abandono, de carencia o de maltrato. Es por eso que parte de la tarea que asume Claudia al momento del rescate es brindarle atención veterinaria. Esto muchas veces se extiende a lo largo del tiempo, hasta que el animal esté en condiciones. Luego se lo dispone para adopción.
“Ellos se adaptan a todo y son muy agradecidos. Te dan ganas de vivir, te esperan todos los días. Por eso ponemos ciertos requisitos al darlos en adopción, para garantizar que estarán mejor que aquí", explica.
Actualmente la fundación Movimiento de Luz se aboca al rescate, cuidado y adopción de animales, pero la intención de Claudia es llevarlo más allá: “También queremos ayudar a mujeres, para que sean capaces de mantenerse por sí mismas; más adelante queremos sumar el tema de adicciones y discapacidades, todo en función a los animales”, comenta.
La historia de Ulises
Claudia contó que encontró a Ulises entre Navidad y Año Nuevo. Estaba flaco y lastimado, por lo que volvió a su casa a buscar una manta y cuando regresó a socorrerlo ya no estaba: la gente lo había tirado en un conteiner. "Le pregunté a un niño y me contó que su papá lo dejó ahí, la gente le tiraba basura encima", relató.
"Ulises no tenia ganas de vivir, estaba entregado. Estuvo tres meses internado, no tenía ni piel, los gusanos le salían por los ojos, por las orejas", contó.
Para involucrarte y ayudar a la Fundación Movimiento de Luz podés contactarte al 3876 05-2695