Viajar, “vivir de arriba” y cobrar en dólares: el trabajo soñado que eligen cada vez más jóvenes argentinas
Todo empezó porque una conocida le contó su experiencia como au pair, un programa para viajar a otro país por un año, alojarse con una familia con niños y trabajar como niñera a cambio de un salario en moneda dura. Cuando Antonela Figallo (19) escuchó esa historia, estaba por terminar el colegio secundario y no tenía muy claro si quería seguir una carrera o ponerse a trabajar. “¿Y por qué no te vas vos también?”, le preguntó su mamá.
Esa frase fue el disparador para que Figallo abandone su Chascomús natal para irse a vivir a Connecticut (Estados Unidos). Durante la semana, cuida a una nena de tres años y a otro de siete. Algunos fines de semana, se dedica a viajar. “Hasta ahora hice seis viajes, aunque dos fueron con mi primera host-family (familia anfitriona), a Florida y una playa de Texas, porque quería que cuidara a los chicos”, contó.
El programa existe hace décadas en la Argentina, aunque en los últimos años las agencias han notado un incremento en el volumen de chicas que aplica para ser au pair. Según Yenifer Córdoba, gerente del programa Cultural Care Au Pair Argentina, este trabajo no solo creció “por las ganas que tienen los jóvenes de vivir experiencias únicas”, sino también porque se volvió conocido en el país.
Para Yanina Catellani, directora comercial de Acexplore, el fenómeno podría explicarse por la popularidad que tuvo el programa a través de las redes sociales. Las jóvenes que viajan cuentan su experiencia en plataformas como Twitter, Instagram y TikTok, lo que anima a otras argentinas a indagar en primera persona y corroborar que “no pasa por explotación laboral o un programa ilegal”.
Aunque muchas de las au pair vuelven al país, para aquellas que buscan establecerse en otras latitudes se trata de un primer paso. “Hay un sentido común de que en la Argentina no se puede progresar, que no hay oportunidades. En algunos casos es real, en otros, más imaginario. Pero ser au pair es bastante accesible, por $100.000 tenés el pasaje para llegar con trabajo a países como Estados Unidos o Europa y empezar a ganar en otra moneda. Y si vuelven, las chicas tienen en su currículum un perfil diferencial para las empresas”, contó Catellani.
Ese fue el caso de Belén Méndez Trongé (24). “La primera vez que viajé fuera de la Argentina me di cuenta de que no quería vivir allá, no porque ‘no hay futuro’, sino porque no me veía ahí”, se sinceró. Su primer destino en mente era España, donde había ganado una beca para estudiar fotografía. Sin embargo, la ayuda no era completa y no tenía el dinero para viajar por su cuenta.
“Tuve que rechazar la beca porque mis papás me dijeron que no me iban a pagar el viaje allá, pero me dije a mí misma ‘Me voy igual’. Como sabía que una conocida acababa de volver a la Argentina luego de ser au pair, lo vi por primera vez como un modo para juntar plata”, contó. En agosto de 2021 consiguió la licencia de conducir, el único requisito que le quedaba pendiente para poder irse. Cuatro meses más tarde, llegó a Illinois para encontrarse con su nueva familia adoptiva: una madre soltera y dos chicas de 11 y 13 años.
Belén Méndez Trongé de vacaciones en Colorado con la familia anfitriona
Su rutina consiste en levantarse temprano para llevarlas al colegio. Durante la mañana va al gimnasio, que se lo paga la familia, así como otros gastos como el chip del celular, la nafta, los elementos de higiene personal, el auto y la comida. Por la tarde, vuelve a ir a buscar a las chicas y se queda con ellas en la casa, aunque por la edad ya no necesita cuidarlas y entretenerlas. Por eso, recibe un salario mínimo que ronda en los US$783.
“Me ayuda a ahorrar, porque no tengo gastos. Yo gano más como Uber de las nenas que mis amigos argentinos, aunque acá significa el mínimo, mínimo. Después, me siento parte de la familia. Por ejemplo, cuando nos vamos a sacar una foto me incluyen, me invitan cuando salen a comer afuera o se van de vacaciones. Al mes de llegar, nos fuimos a esquiar una semana al Colorado y en el spring break (vacaciones de primavera) nos fuimos en una RV a hacer camping”, remarcó.
A un océano de distancia, Sol Ferrari (26) se instaló en Londres como au pair de una familia colombiana. Se fue de la Argentina con el objetivo de viajar, y cuando llegó a Europa descubrió que su experiencia en el cuidado de niños se podía convertir en un empleo temporal para ahorrar y luego visitar otros destinos.
Tras investigar durante semanas sobre qué implicaba ser au pair, escuchar relatos y hablar con varias familias, acordó cuidar a un nene de dos años. En su caso, la carga horaria es mayor que el promedio, de 9 a 17 horas. “Mientras los padres trabajan, yo me lo llevo a pasear por todo Londres. Me recorrí parques, también museos porque a él le encantan”, relató.
No todas las experiencias son buenas. En algunos casos los au pair no se entienden con las familias, les piden que hagan tareas que no habían sido pactadas o no les gusta el lugar. En esas situaciones, está la opción de pedir un “re-match” con otra familia. Figallo fue una de ellas. “La familia era buenísima, pero no me gustaba Texas y tenía que trabajar mucho los fines de semana, no era lo que buscaba”, agregó.
Cuánto se gana y qué requisitos se pide
En francés, “au pair” significa “a la par” o “igual a”. El término se empezó a utilizar en el siglo XIX para referirse a las mujeres que llegaron a Francia desde Inglaterra para quedarse con las familias y enseñarle inglés a los niños. Un par de siglos después, los orígenes del trabajo solo se siguen manteniendo en China.
“Allá se buscan au pair para que sean maestra de los nenes, y no para que los cuiden. Por esa razón buscamos que sepan bien el idioma, que sean traductoras o profesoras. Entiendo que esto sucede porque una brecha idiomática entre la generación anterior y la actual, y quieren revertirla. A cambio, las au pair aprenden mandarín”, contó Catellani.
Para el resto de los destinos, el trabajo principal es cuidar a los más pequeños de la familia y en cada lugar se piden distintos requisitos. Por ejemplo, en Estados Unidos exigen tener entre 18 y 26 años, ser soltera y no tener hijos, haber terminado el secundario, tener un nivel conversacional de inglés, tener licencia de conducir y acreditar como mínimo 200 horas de experiencia en el cuidado o trabajo con niños que no sean familiares. A su vez, la estadía deberá ser de por lo menos 12 meses y las trabajadoras tienen que estudiar.
En cambio, en algunos países de Europa el requisito de edad se extiende entre los 28 y 29 años. Además, en destinos como Bélgica, Estados Unidos, Alemania y China tienen programas específicos para au pair. Mientras que en España, Suiza e Irlanda las aspirantes tienen que tener ciudadanía europea para poder trabajar. En ningún caso es requisito ser mujer, aunque el proceso para los hombres conlleva de más tiempo de espera.
Además del alojamiento y comidas que ofrecen las familias, las au pair reciben una compensación salarial, vacaciones y beneficios. En Estados Unidos el salario mínimo es de US$783 y cuenta con dos semanas de vacaciones. En Inglaterra, el sueldo varía entre los £320 (US$345) y £400 (US$430); en Francia e Irlanda de £320; y en Holanda de £300, más un subsidio educativo.
En cambio, si la experiencia se realiza en Alemania, el salario es de £260 más un subsidio educativo de £90, con cuatro semanas de vacaciones remuneradas. En Austria, los ingresos se incrementan a £575 (US$620) con cinco semanas libres. En Suiza, de 700 francos suizos (US$736) y un mes de vacaciones. En Australia, sueldo semanal de entre 200 y 250 dólares australianos, más un bono de US$500 una vez completados los primeros seis meses de la experiencia. Y en China, se remunera con 1500 yuanes (US$234) y un apoyo económico de 12.000 yuanes (US$1876) en pasajes. /La Nación