La familia Álvarez cumplió 10 años con su puesto voluntario para recibir a peregrinos

El Milagro tiene muchas cosas para contar, porque detrás de la centenaria fiesta de fe que se ha transmitido entre generaciones estos siglos, están las historias de vida de los salteños, de los fieles que rezan a los santos patronos, de los peregrinos que caminan a su encuentro y de quienes voluntariamente ofrecen sus atenciones a los caminantes.

Este es el caso de la familia Álvarez, quien desde hace una década vienen asistiendo a los peregrinos de forma voluntaria, solidaria, con esfuerzo propio para brindarles una comida, una bebida, algo fresco en los días de calor o una infusión caliente en las primeras horas de la mañana, servicio que volvieron a dar este año tras los impedimentos de la pandemia.


Gracias a las donaciones, una familia asiste a los peregrinos hace 17 años

Celeste Álvarez es la impulsora de esta atención quien contó a InformateSalta sobre la labor que realizan. “Nosotros ponemos el puesto de peregrinos sobre la ruta del barrio San Carlos, este es el año número 10 que llevamos asistiéndolos”, comentó primeramente.

A esto agregó que “todo comenzó de ‘rompe y raja’ con mi familia, en memoria de mi hijo Juan Ignacio Álvarez”, quien falleció hace más de 20 años atrás en septiembre. Como recuerdo de él, es que ofrendan este servicio a los feligreses como así al Señor y la Virgen del Milagro.

“Es todo donación de la misma familia que se fue uniendo de a poco, con nuestros pequeños ahorros, para lograr recibir a la mayor cantidad de peregrinos posibles”, sumó Celeste quien cuenta con la colaboración de sus hermanas, de sus padres, sus sobrinos, amigas y conocidos que colaboran no solo con la comida y la bebida, sino también en el puesto que montan en el acceso sur a la Capital.

Después que la pandemia les imposibilitó apostarse en la avenida Ex Combatientes en los últimos dos años, este 2022 volvieron a brindar sandwichs, frutas, botellas con agua y también bolsitas con dulces, caramelos o chizitos para los niños que caminan con sus padres. Gestos que emocionan y son parte de la mayor fiesta de fe en Salta.