Más de 15 mil peregrinos de la Puna fueron recibidos y asistidos por Grupo Pieve
Una de las emociones más profundas que nos regala el tiempo del Milagro es la movilizante llegada de los miles de peregrinos que caminan hacia la capital salteña desde distintos puntos de la provincia, movidos por la fe y la devoción a nuestros santos patronos.
Dentro de las peregrinaciones más populosas, se encuentra la delegación de San Antonio de los Cobres y la Puna, que reúne a más de 15 mil personas marchando con fe a través de las montañas. Fue así como este 14 de septiembre Grupo Pieve se apostó en la zona sur de la ciudad para brindarles asistencia luego de largas jornadas de caminata.
Primeramente en la rotonda de Limache y luego en el campus del Jockey Club, el equipo de Grupo Pieve esperó a los peregrinos para brindarles agua, fruta y atención a cargo de una comitiva de masajistas.
“Vivir esto es una emoción muy grande. Fue decisión de la empresa venir a ayudar, a colaborar, a estar presentes con esta gente que viene con tanta emoción. Como grupo sentimos que estuvimos donde teníamos que estar, en ese contexto y siendo parte de su peregrinación. Es como si hubiéramos caminado junto a ellos”, explicó la coordinadora del departamento comercial de Grupo Pieve, Alina González.
Se trató de una jornada intensa, no solo para los profesionales que brindaron sus servicios, sino para todos los presentes que se embargaron de emoción y lágrimas de poder hacer esta recepción.
“En lo personal es la primera vez que acompaño a Grupo Pieve a colaborar y ahora entiendo por qué la empresa todos los años espera esta fecha con ansias y reafirma su decisión de estar ayudando”, añadió Alina González.
Se estima que la peregrinación de la Puna congregó a más de 15 mil personas entre las oriundas de los distintos parajes y las distintas personas que se fueron sumando en el camino. Un número de personas que requirió el esfuerzo no solo de Grupo Pieve sino de distintas organizaciones, asociaciones profesionales y empresas que pudieran colaborar en la recepción y atención de los peregrinos.
Una tarea tan agotadora como reconfortante y satisfactoria, ese es el balance de la jornada. “Uno sale renovado, con lágrimas en los ojos y es una vivencia que nos deja contentos de haber podido ayudar. Sentimos que pudimos aportar, ser parte y eso también es algo que aprendemos desde la empresa, porque lo que tiene Grupo Pieve es que es una empresa familiar, al ser familiar sos parte, te hacen parte y eso nos permite estar al lado de la gente proponiendo la misma cercanía”, concluye la coordinadora comercial de la empresa.
Fe, fidelidad, entrega y compromiso: de esta forma Grupo Pieve pudo acompañar un año más a los peregrinos con una acción que le permite estar cerca de la comunidad, con la particularidad de que la empresa se encuentra transitando los meses previos a su sexagésimo aniversario brindando servicios a la comunidad salteña.