Con un estremecedor descargo familiar, piden la vuelta a prisión del “represor del placar”
En una de las audiencias más emotivas celebradas en la Cámara Federal de Apelaciones, este martes, Rosa, una hija del gremialista Jorge René Santillán, brutalmente asesinado por un grupo de tareas integrado por Carlos Ignacio Cialceta, fue la protagonista principal de un planteo formalizado por el fiscal general Eduardo José Villalba para que se revoque el arresto domiciliario del ex teniente coronel del Ejército.
Carlos Ignacio Cialceta, de 70 años, se hizo famoso cuando el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, difundió una foto suya, en la que aparecía saliendo de un placar al ser recapturado tras permanecer más de 6 meses prófugo de la justicia federal, la que había requerido su captura nacional e internacional.
Había sido procesado el 23 de octubre del 2020 por su responsabilidad material en la muerte de Santillán, hecho cometido la noche del 10 de agosto de 1976 en General Mosconi. Luego, el cuerpo del gremialista apareció diseminado en Acambuco, pues había sido dinamitado, una práctica habitual durante la dictadura militar. La noche del secuestro, Cialceta actuó de incógnito hasta que Rosa, que luchaba para que no se lleven a su papá, le sacó accidentalmente el pasamontaña y su rostro quedó expuesto.
El 26 de diciembre pasado, sin embargo, Cialceta fue beneficiado con el arresto domiciliario ordenado por la misma magistrada. La medida que fue apelada por el Ministerio Público Fiscal ante la Sala II de la Cámara. El querellante mencionó que profesionales del Hospital Psiquiátrico Miguel Ragone afirmaron que Cialceta simula y exagera ciertas conductas, lo que responde -según su criterio- a una estrategia dirigida a evadir su responsabilidad penal.
Por su parte Rosa, la hija de Santillán, también habló en la audiencia donde representó cómo luchó con Cialceta para que no se llevará a su papá cuando apenas tenía 7 años. Con distintos movimientos, indicó los golpes que recibió de parte del acusado para que se soltara del brazo de su padre.
“Este señor si tiene una oportunidad: la de estar vivo, algo que no respetó; ahora, en cambio, si se lo respeta. No quiero que se lo trate mal, solo que espere el juicio en la prisión y quiero que haya un juicio, quisiera creer que la justicia va a llegar para nosotros también, Ya tardamos 46 años esperando”, concluyó.