¡Indignación total!: Denunciaron a un policía por estupro, fue a juicio y salió en libertad

El caso ocurrió hace un año, en Pichanal. La víctima, una chica de 15 años, accedió a tener sexo con el acusado, quien la había contactado por Facebook, pero nunca le dijo que era policía. Cuando se descubrió todo, lo denunciaron y fue detenido.    

El jueves pasado, el juez Mario Maldonado, de la Sala I del Tribunal de Juicio de Orán, se expidió respecto a un escandaloso caso ocurrido en enero del año pasado, cuando un efectivo de la Policía de la Provincia fue detenido por una denuncia de abusos sexuales en perjuicio de una menor.

La acusación fue radicada en la comisaría de la localidad de Pichanal por los padres de la adolescente, que en ese entonces tenía 15 años. En la denuncia relataron que su hija había sido contactada a través de la red social de Facebook por un sujeto que la engañó en todos aspectos, desde su edad hasta su verdadera profesión.

El acusado resultó ser nada menos que un cabo de la policía, identificado como Luis Fernando Herrera, ahora de 28 años. El suboficial, según lo investigado por la fiscalía, cumplía tareas de servicio adicional en la finca Urizar, de esa localidad, lugar a donde llevó a la adolescente para tener sexo en su auto particular.

Del relato de la menor, y lo aportado por los familiares, Herrera nunca le dijo a la joven, su verdadera edad ni que era un miembro de la policía provincial. Sólo se dedicó a enamorar a la adolescente hasta que la misma finalmente accedió a tener un encuentro sexual con el acusado.

Eso sucedió el 13 de enero del año pasado, cuando la menor le dijo a sus padres que había sido invitada a una fiesta, por lo que sus padres la llevaron y confiaron que allí estaría toda la noche, sin embargo, la menor terminó encontrándose con el policía, quien la recogió en su auto y la llevó hasta inmediaciones de la finca, donde cumplía tareas de adicional.

Indignación

Luego de ello, la menor se percató de que su pretendiente le ocultó varias cosas, entre ellas y la principal, que era policía. A ello, se sumó que sus padres ya venían sospechando de sus salidas, así que tuvo que contarles lo sucedido con el cabo.

De inmediato, los padres radicaron la denuncia en la dependencia de Pichanal y al día siguiente, cuando se enteraron quien era el galán, lo detuvieron, aunque eso no fue suficiente para frenar el escándalo que la denuncia generó en todo el pueblo.

Pese a ello, el juez Maldonado aceptó un acuerdo de juicio abreviado acordado por la fiscalía y el abogado defensor del policía, con el cual se evitó un juicio que habría vuelto a poner a la policía en el centro de las críticas por el accionar de sus integrantes, quienes últimamente fueron más noticia por su actividad delictiva que por sus actos de arrojo.

Se evitó poner a la Policía en el centro de las críticas; cuyos efectivos, últimamente, fueron más noticia por su actividad delictiva que por sus actos de arrojo.

Así, en cuestión de minutos, y con la anuencia del juez, se dictó una condena para Herrera de tres años de prisión, pero no de cumplimiento efectivo, sino condicional y la aplicación de reglas de conductas, siendo la más gravosa la de evitar acercarse a la casa de la adolescente engañada.

Leído el fallo, se dispuso la inmediata libertad del cabo, quien, si bien perdió su trabajo como policía, ganó su libertad, condena que seguramente dejó un sabor amargo en el entorno familiar de la menor, quienes esperaban, probablemente, un castigo ejemplar.

La calificación penal, según el fallo, quedó como abuso sexual por aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima, también conocido como estupro, figura que igualmente se impone pese a que la víctima haya prestado consentimiento, como en este caso.