“Corría peligro grave”, los fundamentos de la absolución al comerciante que mató a un ladrón
El 8 de marzo, Ricardo Javier Cuellar, un comerciante del barrio Castañares, que mató a un joven de 20 años que ingresó a su domicilio con intenciones de robo, fue absuelto por los jueces de la Sala VII del Tribunal de Juicio.
Una semana después, se conocieron los fundamentos que llevaron a los magistrados a tomar su decisión. En un extenso documento, de 43 páginas, hicieron un repaso de la declaración de Cuellar, los testigos que comparecieron durante las audiencias y todo el análisis técnico realizado sobre la causa.
En este sentido, tuvieron en cuenta la descripción que hicieron los vecinos y testigos sobre el acusado. “Cuellar es una persona tranquila, buena, solidaria, ayudaba a la gente que no tenía que comer. Era empleado del almacén y después pasó a ser el dueño, es trabajador, lo que tiene se lo ganó con el trabajo. No hay vecino que no lo quiera, es buena persona, nunca lo vieron en una actitud agresiva, es muy respetuoso con la gente del barrio, ya habían entrado otras veces a robarle, pero nunca se lo escuchó enojado, coincidiendo en que levantó el negocio con mucho sacrificio y todos los familiares trabajaron en el almacén.”
Asimismo, consideraron que quedó probado que con anterioridad fue víctima de numerosos ilícitos en su propiedad, esta última circunstancia lo determinó a reforzar el sistema de protección y defensa del inmueble, obteniendo un arma que figura a su nombre. “Concluimos que difícilmente podría llegarse a valorar adecuadamente la conducta reprochada al encausado Cuellar, sin atender las circunstancias anteriores y su situación contextual”, indicaron los jueces.
Además, aseguraron que “no cabe duda alguna al Tribunal, que el hecho fatal se inició una vez que la víctima, previo escalamiento de la reja metálica, se encontraba en el interior del domicilio del acusado, con intenciones de cometer un ilícito en horas de la noche. Ello surge de abundante material probatorio”.
Además, expresaron que resultó acreditada la existencia de un segundo individuo que estaba junto al joven fallecido al momento del hecho. “Por su parte contamos con lo expuesto por los vecinos del lugar que oyeron tres detonaciones de arma de fuego. En el caso se ha demostrado que ha existido una situación de peligro grave y concreto para el encausado, que actuó legítimamente ante la necesidad determinante de preservar su propia integridad y la de sus hijos, máxime teniendo en consideración su situación contextual y los antecedentes fácticos que precedieron al hecho”.
Y continuaron “el análisis global de la prueba, entonces, permite concluir que aún, sin haber identificado al segundo intruso, el imputado obró en respuesta a la intromisión nocturna de los extraños en el interior de su domicilio y a la agresión ilegítima de éstos, que Cuellar no provocó valiéndose en la emergencia de un medio racional para repelerla, eximiendo ello su responsabilidad en la acción que acometió y provocó la muerte de Abel Leonardo Guzmán”.