Espectáculos31/08/2013

“Lo mío es la libertad total”

Sostiene el conductor y ahora standupero Roberto Pettinato, quién presentará su unipersonal "Me quiero portar vien", hoy a las 21.30 en el Teatro del Huerto.

Con su inconfundible humor irónico e inteligente, Roberto Pettinato llegará a Salta con su espectáculo de stand up “Me quiero portar vien”. Con un poco de preparación plasmada en una hoja con anotaciones que de vez en cuando consulta durante las dos horas de monólogo y otro poco de improvisación, el conductor radial y televisivo se anima a subir al escenario y ponerse en la piel de standupero con el único fin de despertar la carcajada en el público. “Me quiero portar vien” se presentará hoy, a las 21.30, en el Teatro del Huerto (Pueyrredón 175).

Vía mail, el ex integrante de Sumo accedió a una entrevista con Informatesalta en la que habló de la obra, de su incursión en el stand up y opinó sobre el presente del género en el país. “Uno siempre se quiere portar bien pero no puede porque está loco”, sentenció.

Contános acerca de “me quiero portar vien”, ¿Qué temas tocas y acerca de que temas reflexionas? ¿Con qué Roberto Pettinato se va a encontrar el público?Hago siempre un show distinto con muchísimas variantes y algunas cosas que quedaron iguales. ¿Por qué? Porque la vida continúa, tiene movimiento real y uno no puede repetir lo mismo como un loro. Empiezo en general con una hora de improvisación, a partir de lo que vi al llegar a la ciudad o lo que me comentaron casi al pasar. De acuerdo a la respuesta de la gente voy enganchando temas. Ya a la segunda hora quizás miro algunos apuntes que tengo, ¡pero mi manager siempre me termina preguntando por qué me tome tanto trabajo en ordenar los papeles en el atril si al final ni los miro! Se van a encontrar con una persona obscena, libre, guaranga, lisérgica, demente y con algunos toques normales como los de tus padres: rivotril y un botiquín lleno de pastillas para dormir!Esperaste 35 años para animarte a hacer stand up, ¿cómo fue tu incursión en el género y que es lo que más te atrae de él?
Me parece necesario para el país y para la comunidad artística que aparezca un nuevo “standupero” o comediante o como quieran llamarlo, es decir uno que me haga reír. Eso es lo que quiero hacer y lo que siempre quise hacer. Lo que pasó fue que me tocó siempre hacerlo delante de la cámara y adentro de la tele, llegando a tu casa sin que te muevas de ahí. Ahora van a tener que hacer un pequeño esfuerzo. Ya me entendieron: ahora sólo tienen que mover el trasero e ir a verme. Sin lugar a dudas aspiro a que sea mi nueva actividad, como una nueva profesión pero no en el estilo Midachi, ni Artaza, ni comedia musical obviamente... simplemente un tipo que reflexiona con humor. No es que la idea sea “¡ahora cuento un chiste de viejas o del vaticano!”.

El espectáculo tiene una cuota importante de improvisación y de interacción con el público. ¿Qué te aporta esta conexión con los espectadores?
Debuté con los nervios de mi vida en el Isenbeck Beer Festival y después en La Trastienda de La Plata. En los dos sufrí lo mismo: un síndrome de miedo ridículo al público porque todo el mundo me decía: “¡eso es ridículo! no podes tener miedo, sos Pettinato!”, y yo temblaba y tomaba whisky. Es como el sexo por internet sólo que acá la chica no está en una pantallita pequeña mirándote y dándote órdenes... ¡acá la chica está en vivo y en directo y puede reírse, cómo no!. ¿Sabes quién esa chica? se llama: publico Pero como me decía un amigo: la gente que paga para verte no va a ir a gastar su dinero para putearte, ya te quieren de antemano. ¡Y así fue! No lo podía creer. Tardé 35 años en darme cuenta que era cierto.

¿Cómo ves al stand up en argentina y como definís tu estilo? 
El panorama local sospecho que debe estar bien porque por algo se transformó en un fenómeno de público en algún momento. La gente quiere reírse y eso es lo único que alimenta al humorista como si fueran aguijonazos en la cabeza. Lo increíble de lo que hago que no hace nadie y ni siquiera sabía que me resultaría es que comienzo con una palabra y de vez en cuando me acuerdo de lo que había escrito sobre otros temas. De todas formas, un amigo me dijo hace poco que esto que hago es más bien un unipersonal, porque la mayoría de los standuperos hacen apenas 15 minutos y enseguida le dejan el lugar a otro, que vuelve a hablar de las dietas y las suegras y los temas de siempre. Creo que ese amigo tiene razón: lo mío es la libertad total.

¿Qué cambio en “me quiero portar bien desde su estreno hasta ahora?
Cambió casi todo por completo. Hace poco me mencionaron las historias que hice en los primeros shows y descubrí que ya no hago ninguna. Después me contaron las historias que hice en la siguiente tanda de shows, por ejemplo en la temporada de verano en capital, el show fue mutando a medida que fui inventando cosas casi sobre la marcha y de acuerdo a lo que me voy acordando de eso. Es algo que está vivo, y eso es lo genial, para mí y para el público.¿Qué significa para Roberto Pettinato portarse bien y que significa por portarse mal?
Uno siempre se quiere portar bien pero no puede porque está loco. Ya lo dije alguna vez: yo me siento un provocador desde el día que me provocaron. La primera provocación fue haber nacido en esas condiciones, y a partir de ahí me limite a tener esa actitud y convertirme en el gran vengador.Haces música, radio, televisión y ahora teatro. ¿Qué significa cada rol en tu vida y con cual te sentís más cómodo?
¿Quién no quisiera tener la capacidad de mutar? ¿Quién quiere vivir toda su vida igual, de la misma manera, en el mismo trabajo, con el mismo auto o con el mismo pensamiento que cuando recién comenzó a leer sobre los aztecas? Nadie. La magia de un verdadero mago, no de circo, es la mutación. Uno debe aprender que con todo se puede jugar y ni siquiera esperar los resultados. Después de todo, ¿quiénes lo juzgarían? ¿Superiores a él? ¿Verdaderos maestros del templo? No. nadie. Nunca entendí la gente que pretendió ser una sola cosa en la vida, como los conductores que solo viven con una tómbola y cuatro culos y un bol lleno de cupones. ¿Qué sentido tiene eso? ¿Y que sentido tiene la televisión en si misma? ¿Uno es famoso porque se lo merece o porque compró la escalera para subirse al escenario? Muchos compraron la escalera nada más y lo saben. ¿Puedo ser poliédrico? ¡Claro que sí! ¿Cuál es el problema? Uno vivió, vive y seguirá viviendo. Y ese es mi caso. La verdadera y única lección es permanecer vivo, que es diferente a decir vegetar. Como en las inolvidables épocas de sumo volviste a salir de gira, ahora con el teatro. ¿Cómo te sentís con esta experiencia casi 30 años después?
No hay comparación posible porque no me acuerdo de nada. Llego a una ciudad y digo “qué bueno estar acá por primera vez” y me dicen “ya viniste con Sumo”. Lo poco que logre recordar está volcado en el libro de Sumo. El resto es leyenda, mito y habladurías.

Como músico, ¿cómo ves la escena del rock nacional actual?Siempre digo lo mismo: hay bandas muy buenas. Hay gente talentosa y loca en todas partes y en todas las épocas. Hay que buscarlas pero a veces los mas mediocres nos tapan la vista.

Fuente: www.informatesalta.com.ar