Historias del Milagro: La familia Álvarez cumple 11 años colaborando con los peregrinos
Salta se viste de fiesta para vivir el día más importante de todo el año en la provincia, con la 331° procesión con el Señor y la Virgen del Milagro transitando por las calles de la ciudad acompañados por su pueblo, siendo miles los peregrinos que están arribando para renovar su fe.
En el medio, están las historias que resaltan dentro de los solemnes cultos, sobre la fe, el compromiso y la ayuda al prójimo. De este último se trata la historia de la familia Álvarez quienes llevan más de una década apostados en la zona sur recibiendo a los feligreses con un refrigerio y una caricia.
Desde hace más de una década, vienen asistiendo a los caminantes de forma voluntaria, solidaria, con esfuerzo propio para brindarles una comida, una bebida, algo fresco en los días de calor o una infusión caliente en las primeras horas de la mañana. Solamente un año no pudieron brindar este gesto, fue en 2020 cuando la pandemia impidió la realización del Milagro por única vez en la historia.
La impulsora de esta atención es Celeste Álvarez quien, junto a su familia, la ayuda de amigos y la colaboración de vecinos, coloca este puesto sobre avenida ex Combatientes de Malvinas, en el ingreso a barrio San Carlos. “Todo comenzó de ‘rompe y raja’ con mi familia, en memoria de mi hijo Juan Ignacio Álvarez”, quien falleció hace más de 20 años atrás en septiembre, declaró a este medio. Como recuerdo de él, es que ofrendan este servicio a los promesantes de los patronos salteños.
Este 14 de septiembre, a las 1:30 de la madrugada cargaron todo en vehículos y a las 2:00 ya se colocaron para recibir a la gente. Los últimos días de preparación fueron intensos, elaborando más de 1500 sandwichs, bolsitas con golosinas y caramelos para los chicos, separando las cajas de té, café y mate cocido para el frío de la mañana, botellas de agua y cajones de naranjas para los ciclistas, entre otros detalles.
Abuelos, hijos, hermanos, tíos, primos, niños… son tres las generaciones de esta familia que participan del puesto y colaboran en lo que pueden. “Quiero agradecer a mi familia, a mis padres, mis hijas, hermanas y sobrinos, a cada uno de mis contactos que me ayudaron para conseguir el agua, fiambre y demás”, extendió Celeste su gratitud a nuestro medio desde su puesto, el cual pretenden que se extienda hasta mañana, pero todo dependerá de la cantidad de fieles que arriben.