Justicia12/07/2024

Los narcopolicías tenían armas, celulares y decenas de municiones

La jueza federal de Garantías de Tartagal, Ivana Hernández, imputó y ordenó la prisión preventiva a los dos policías a los que se les encontró 420 kilos de cocaína el pasado miércoles en la localidad de Aguaray. 

A ambos policías se les imputa el delito de transporte de estupefacientes doblemente agravado, por la intervención de tres personas y por tratarse de funcionarios públicos. Hay un prófugo, que escapó corriendo del lugar tras dispararle a los gendarmes.


Los efectivos se negaron a declarar y la jueza ordenó la prisión preventiva por 120 días para evitar el entorpecimiento de la causa


El policía que se encuentra prófugo viajaba en la parte trasera del patrullero junto con la droga secuestrada. 

Por el momento, los efectivos se negaron a declarar y la jueza ordenó la prisión preventiva por 120 días para evitar el entorpecimiento de la causa. Además, se ordenaron allanamientos en los domicilios de los detenidos, como también autorizaron otras medidas para lograr identificar al tercer ocupante de la camioneta oficial.

Los policías fueron demoras en el control y ante la consulta de hacía dónde se dirigían uno dijo a Tartagal y el otro a Aguaray.  Cuando revisaron la parte trasera del patrullero vieron al tercer efectivo que aseguró que la puerta no se abría y que solamente llevaban neumáticos para recambio.

Ante la sospecha de posible contrabando, abrieron la puerta tras varios intentos y encontraron los neumáticos que estaban encima de unas bolsas de arpillera color negras y los movieron para poder ver su contenido. En ese momento de distracción el tercer ocupante se dio a la fuga y varios gendarmes lo persiguieron. Cuando uno de ellos logró aproximarse a una corta distancia, el sujeto sacó un arma de fuego y comenzó a realizarle disparos, sin lograr lesionarlo, pero a raíz de esto pudo darse a la fuga.


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Tras los hechos, los fiscales solicitaron que se autorice la revisión de los paquetes que en su interior poseían paquetes rectangulares color amarillo, gris y metalizado con una imagen estampada perteneciente a la escudería Ferrari. Del pesaje de los 400 paquetes, se corroboró que se trataban de 420 kilos de cocaína. 

Además de la droga, los policías tenían varios celulares, dos pistolas marca Bersa y una escopeta, más de 70 municiones y diversa documentación de interés.