Justicia21/08/2024

Odontólogo abusador: "Apoyó su miembro en mi cola y me dijo que subiera los brazos"

La víctima, de 15 años, vivió un calvario en una sesión con el acusado, quien se mostró más interesado en saber a qué colegio asistía, si iba de pollera y si el celular era suyo o de su madre. Pese a los aberrantes abusos, recibió una pena irrisoria.

Ayer, se conoció oficialmente la condena de seis meses de prisión condicional por abuso sexual simple, recaída contra el odontólogo Walter Manuel Elías, de 51 años, quien acordó la pena con la fiscalía a partir de un juicio abreviado, asegurándose así seguir en libertad.

Sobre el hecho imputado, InformateSalta pudo conocer en detalle lo ocurrido entre el 22 y 28 de abril de 2022, en una de las tres visitas que la menor, de 15 años, hizo al consultorio del acusado, en calle 25 de Mayo 148, siendo acompañada por su madre, aunque no pudo entrar con su hija por expreso pedido del dentista.

En la denuncia radicada en la Comisaría Segunda, actuación que desembocó en el proceso penal, la madre de la joven sostuvo que, en la última sesión, Elías debía realizarle un tratamiento de conducto, pero ella no pudo entrar al consultorio, lo que “me pareció raro”.

Dijo que alrededor de las 19, su hija salió y muy incómoda le dijo: “vamos mamá”, tras lo cual, ya en la calle y entre llanto, le reveló: “Mamá, él (por el dentista) me tocó los pechos con ambas manos y me agarró fuertemente con una mano mi parte intima, diciendo que si lo apretaba no tenía que pulsarme la muela”.

Agregó que eso no fue todo, sino que “mientras me arreglaba y todo el tiempo me rozaba su miembro por el cuerpo y al finalizar me hizo poner de pie y que me diera la vuelta de espaldas a él; me agarró desde atrás fuertemente a la altura de los pechos con ambas manos y apoyó su miembro en mi cola y me dijo que subiera los brazos hacia arriba, en la nuca y que iba a descontracturar porque estuve mucho tiempo acostada en la camilla”.

Si bien, todos estos abusos ocurrieron por encima de la ropa, el momento vivido fue de grave afectación para la menor, quien confirmó todo al prestar declaración bajo circuito cerrado. Contó que “el último día de atención fue a la tarde,”, que cuando llegó, el acusado le preguntaba a qué colegio iba, si iba de pollera, como así también si el número de teléfono con el que hablaba era suyo o de su mamá.

El traumático relato de la víctima 

La menor al explayarse sobre lo sucedido en el consultorio el día que decidió contarle a su mamá lo que venía sucediendo desde hace dos sesiones atrás, confirmó que, durante todo el tiempo que trabajaba, el acusado le rozaba los pechos con sus manos, situación que duró en todas las sesiones, tocándola con la parte lateral de la mano y parte del antebrazo, dejando su mano apoyada en su pecho mientras hablaba. 

En un momento determinado, y a modo de relajar a la víctima, Elíaz le preguntó si le punzaba la muela, para luego apoyar su mano en la parte de la pierna, a la vez que le hacía un movimiento con la mano presionándole en dicho sector, para después repetir la acción, pero ya apoyándose sobre su vagina.

Al terminar el tratamiento, la menor se dirigió a la puerta para salir, momento en que el acusado la detuvo: “parate ahí”, ubicándola sobre una máquina (utilizada para tomar radiografías). Allí, la hizo pararse de espalda y le pidió que levante los brazos ubicando los mismos en su cabeza, para después acercarse y levantarla, manifestándole que la iba a descontracturar, agarrándola a la altura de los pechos, momento en que la levantó y le apoyó su cuerpo por detrás, sintiendo la víctima que le apoyó sus genitales. 

Señaló que cada vez que terminaba una sesión le decía que lo fuera a "visitar".